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LA VIDA Y SU LENGUAJE INTENCIONAL.. 421 Para explicar este hecho, Rodríguez considera que Husserl estaba intentando atender a dos frentes al mismo tiempo. Por un lado, no quería renunciar a considerar la intencionalidad como esencia de la vida consciente y, por el otro, quería tener en cuenta la imposibili­ dad de que los objetos sean un momento de la vida psíquica real. El segundo punto hay que considerarlo como una clara consecuen­ cia de haber aceptado el primero. Al ver de entrada la intencionali­ dad como una propiedad de la región «psíquica», considerar el obje­ to como una parte ingrediente de ella implicaría estar proponiendo de nuevo una explicación psicologista, ya que la intencionalidad no se referiría a ninguna cosa, sino más bien a una sección dentro de la propia esfera de lo psíquico. Las dificultades que se le presenta­ ron a Husserl al intentar compaginar los dos frentes le llevaron sin duda a los cambios posteriores. La única solución para equilibrar el hecho incomprensible de que la primera versión de la intencionalidad se refiriese al mentar y no a lo mentado, era dar cabida al objeto en esta consideración. El cambio tuvo como causa el convencimiento de que la conciencia intencional no se agotaba en los componentes reales de los actos, sino que se extendía hasta el objeto mismo. Entonces la propia noción de intencionalidad queda modificada, ya que ahora es preci­ so distinguir sin salirse de ella el momento de los actos y de sus com­ ponentes (lo que Husserl denomina nóesis) del momento del conte­ nido (nóema). El lugar en el que ha quedado ubicada ha cambiado en este sentido. Ya no es simplemente la propiedad de la región psí­ quica, tal como se defendía en Investigaciones Lógicas, sino que queda considerada como el ámbito en el que todo darse algo tiene lugar. Desde otra perspectiva, la modificación dentro de la propia filosofía de Husserl consiste en dar entrada a la idea de intencionali­ dad como correlación inseparable vivencia-objeto, algo muy distinto a la posición de 1900. Rodríguez ha puesto de manifiesto que justamente este reajuste es el que Heidegger va a aprovechar — introduciendo, como vere­ mos, otro elemento relevante— en su apropiación de la fenomeno­ logía de Husserl. Sólo desde la idea de correlación se podrá enten­ der el triple sentido intencional de un fenómeno del que hablan los textos que hemos citado anteriormente. La noción de correlación que Husserl comienza a elaborar a partir de la primera edición de

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