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420 PABLO REDONDO SÁNCHEZ Investigaciones Lógicas 29 . El asunto tiene interés por varios motivos. En primer lugar, Heidegger alabó constantemente a lo largo de los años la primera versión de las Investigaciones Lógicas, lo que apro­ vechaba para criticar al mismo tiempo el tránsito de Husserl hacia Ideas I. Si la intencionalidad que Heidegger maneja entre 1919 y 1923 es incompatible con la que está presente en la primera edición de las Investigaciones Lógicas, acercándose más a la de Ideas I y si el primer libro era elogiado continuamente, mientras que el segun­ do era criticado con insistencia, la propia crítica de Heidegger a Hus­ serl se encuentra en un lugar incómodo. Esto es algo que no puede pasar por alto ninguna investigación que se quiera centrar en las relaciones entre los dos autores. Por nuestra parte, preferimos no entrar en la discusión sobre si la crítica de Heidegger encuentra aquí una cierta incoherencia o no. El interés en estos momentos se cen ­ tra en las modificaciones que lleva a cabo en la noción de intencio­ nalidad que Husserl reelabora después de la primera edición de Investigaciones Lógicas. Son estos cambios los que le pondrán en camino para sentar la base del proyecto de Friburgo. Uno de los aspectos dominantes en la primera edición de las Investigaciones Lógicas es la distinción radical entre el objeto y el acto intencional, entre el objeto y la vivencia. La intencionalidad no asume el papel de mediador, ya que Husserl no la entiende como el nexo que une los dos ámbitos. Más bien, su naturaleza consiste en ser una peculiaridad de las vivencias, de ellas se puede decir que son intencionales. Sin embargo, no es un atributo cualquiera de las vivencias, sino que, intensificando la importancia de su papel, la intencionalidad es lo que las define. La peculiaridad de este plante­ amiento es que el objeto intencional no forma parte de la intencio­ nalidad. Ésta descansa en el lado de las vivencias y, en virtud de la separación radical antes mencionada, aquél se mantiene a distancia. 29 Cf. Ramón R o d r íg u e z , La transformación hermenéutica de la fenomenolo­ gía, o. c., pp. 36 s s . En una línea semejante, Dahlstrom ha advertido que en algunos momentos en los que Heidegger está exponiendo aspectos de Investigaciones Lógi­ cas, en realidad el lenguaje que utiliza pertenece más a Ideas I. En este sentido, a pesar de alabar constantemente el primer libro, se vio obligado en ocasiones a recu­ rrir al segundo. Cf. Daniel O. D a h ls tr o m , «Heidegger’s Critique of Husserl», en T. K isie l - J. v an B u r é n (eds.), Reading Heidegger from the Start: Essays in his Ear- liest Thought, o. c., nota 15, p. 445.

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