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LA VIDA Y SU LENGUAJE INTENCIONAL.. 419 «El sentido pleno de un fenómeno abarca su carácter inten­ cional de referencia, de contenido y de ejecución ( “intencional” hay que comprenderlo aquí de un modo completamente formal, abandonando un sentido de referencia teorético particularmente acentuado [...])»28. Haciendo un breve balance, hasta ahora podemos decir que las vivencias (los comportamientos) en los que se dan los fenómenos son analizables atendiendo a tres sentidos diferentes, que la fenomenolo­ gía no es otra cosa más que la explicitación de esa totalidad de senti­ do y —quizá lo más relevante en este momento— que la intencionali­ dad ha quedado también implicada en este contexto de una manera particular (en tanto que no se la iguala sino que se la mantiene a dis­ tancia con respecto a algo estrictamente teórico). En una frase, unien­ do todos los elementos, los comportamientos de los que la fenomeno­ logía tiene que dar cuenta son intencionales, sin que este rasgo haya que interpretarlo teoréticamente. Empleando otras palabras, puesto que la vida no consiste más que en sus comportamientos, toda des­ cripción de ella pasa por hacerla en términos intencionales. En defini­ tiva, Heidegger entenderá que la corriente de vida es intencional. 3. EL CONCEPTO DE INTENCIONALIDAD Los textos anteriores, con el encadenamiento que se puede ver entre ellos, llevan ineludiblemente a preguntarse por la noción de intencionalidad que Heidegger estaba manejando en el momen­ to de describir de esta manera los fenómenos. Ramón Rodríguez ha llamado brillantemente la atención sobre el hecho de que la noción de intencionalidad que Heidegger mane­ ja en las primeras lecciones de Friburgo no es compatible con la que domina los análisis de Husserl en la primera edición de las 28 Anmerkungen zu Karl Jaspers «Psychologie der Weltanschauungen », o. c., p. 22. Un texto semejante se puede encontrar en el semestre de invierno de 1921- 22. Hablando del cuidado (Sorge) Heidegger escribe: «¡Sentido pleno de la intencio­ nalidad en lo originario! La actitud teorética ha perdido el color», Phänomenologis­ che Interpretationen zu Aristoteles, o. c., p. 98.

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