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404 FRANCISCO DE ASÍS CHAVERO BLANCO ras ontológicas ya mencionadas de todo ser creado. La gracia dispo­ ne a la función de Dios, de quien no se puede gozar sin poseerle, y en función de este destino se da el Espíritu Santo 208. El don de la gracia hace al hombre nuevo en cuanto recrea, reforma, vivifica, ilu­ mina, asemeja a Dios...209. La teología espiritual, como parte de la teología, responde a la condición creada y recreada del hombre, que es pensada como don. Siempre tendrá que recordar el hombre su propia miseria, su nada y el don de Dios en Jesucristo para arri­ bar a la cima de la contemplación 210. El ejercicio espiritual revierte siempre a los dos ejes de la pobreza, la nihilitas del hombre y el ejemplo de Cristo, totius perfection is splendor, spéculum et exem- p la r 21\ cuyo grado más alto de imitación son los consejos evangéli­ cos 212. Si el ideal de la perfección evangélica es la caridad, el fun­ damento de la perfección es la pobreza 213, siempre en oposición a la raíz de todos los males, la codicia 214. Habría que analizar con mucha precisión la simbiosis de ideas que pudo realizarse en los siglos xn y xm, entre el renacimiento del ideal de la grandeza, los movimientos pauperísticos y los nuevos criterios de la santidad cristiana, que vienen a hacer de la pobreza el ideal cristiano de perfección215. El pensamiento franciscano, como 208 «Qui fruitur Deo, habet Deum, ideo cum gratia, quae sua deiformitate dis- ponit a Dei fruitionem datur donum increatum quod est Spiritus Sanctus», Brev 5, 1 (V, 252). Cf. 1 Sent d.14 a 2 q.l (I, 249); 2 Sent d.26 a 1 q.1-2 (II, 630-637). 209 «Gratiae est recreare, gratiae est reformare, vivificare, illuminare, re, unire, stabilire, acceptum facere, sursum levare», 2 Sent d.26 a 1 q.lcon (II,63 210 Cf. De Triplici via 1, 1 (VIII, 2); Brev 5, 5 (V, 258). 211 Apologia pauperum 3, 8 (Vili, 246); 7, 40 (VIII, 285). 212 Cf. QQ de perfectione evangelica q .l-4 a 2 (V, 117-184). 213 Cf. QQ de perfectione evangelica q.2, a 1-2 (V, 125-156); Apologia paupe­ rum 7-12 (Vili, 125-156). 214 «Si igitur fundamentum perfectionis civitatis Dei principaliter consitit in caritate et illa potissima est perfecta quando omnis excluditur cupiditas, quia vene­ num charitatis est cupiditas, hanc autem cupiditatem omnino foras mitit qui omnino omnia relinquit re et volúntate, sicut radix omnium malorum est cupiditas, sic radix etprincipium perfectionis altissima paupertas», QQ de perfectione evangelica q.2 a 1 (V, 129); Comment in ev. Lucae 7, n 14 (VII, 175); 18, 34-58 (VII, 460-470). 215 Estos nuevos ideales de vida cristiana, vividos en el siglo xm, no dejarán de reflejarse en la política eclesiástica de las canonizaciones y los procesos de cano­ nización. El tema ha sido perfectamente estudiado. Cf. A. V au ch ez , La sainteté en Occident aux dérniers siècles du Moyen Âge d ’apres les procès de canonisation et

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