PS_NyG_2000v047n002p0359_0406

ANTROPOLOGÍA. CRISTOLOGÌA. POBREZA 393 barreras son franqueadas por la Encarnación, porque el Verbo que se encarna se pone a la medida del hombre y puede así unirse a Dios. P obreza El pensamiento de san Buenaventura ofrece una doble apoya­ tura para el tema de la pobreza evangélica, la condición creada del hombre que es la condición pobre de haber recibido la existencia como don y vive en una dependencia absoluta de Dios. En el hom­ bre se da la doble nihilitas del esse naturae y el esse gratiae. San Buenaventura considera la pobreza como el elemento fun­ damental de la vida evangélica, destacando su valor como forma de participación en el misterio de Cristo. Resulta casi tópico decir que, entre las virtudes evangélicas, la pobreza es la que ha ocupado mayor interés. Subraya que entre los dones y carismas que Francis­ co ha recibido del Gran Limosnero, destaca como una prerrogativa especial, el crecer en las riquezas de la sencillez por el amor a la altísima pobreza 15°. El amor a la pobreza llevó a Francisco a rom­ per con la casa paterna, a darlo todo, porque nadie era tan avaro de oro como él de pobreza. La centralidad de esta virtud en el pen­ samiento de san Buenaventura puede deducirse cuando la compara con la perla preciosa del Evangelio 151. Una virtud siempre recorda­ da en Cristo y en su Madre, un especial camino de salvación que fomenta la humildad, es raíz de la perfección, de múltiples y varia­ dos frutos 152. Es la virtud que exige la renuncia total a todo, no sólo 150 «Inter cetera charismatum dona, quae a largo Datore Franciscus obtinuit, praerrogativa quadam speciali promeruit in divitias simplicitatis excrecere per altis- simae paupertatis amorem», Legenda Maior 7, 1 (VIII, 523). Me remito también a la edición de la Legenda Maior publicada por M. Bilh en Analecta Franciscana, vol. X, Quaracchi-Florentiae 1926-1946 (= AF X, 587). 151 «Nemo tarn auri quam ipse cupidus paupertatis, nec thesauri custodiendi sollicitor ullus quam iste huius evangelicae maigaritae». Al final del párrafo vuelve a la metáfora evangélica del tesoro escondido en el campo: «Haec enim est evangelici agri thesaurus absconditus, pro quo emendo vendenda sunt omnia, et quae vendi non possunt illius comparatione spemenda», Legenda Maior 7, 1 (Vili, 523; AF X, 587). 152 «Paupertatem noveritis, fratres, specialem viam esse salutis, tanquam humi- litatis fomentum perfectionisque radicem, cuius est fructus multiplex, sed occultus», Legenda Maior 7, 1 (Vili, 523; AF X, 587).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz