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350 FELIPE F. RAMOS 1.6. La parusía y su datación Destaquemos las breves diferencias entre los Sinópticos: Mateo (26, 64) añade «a partir de ahora»; en lugar de «entre las nubes» (Mar­ cos) utiliza la preposición «sobre». Lucas agrega, como Mateo, «a par­ tir de ahora»; habla de «sesión», no de «venida» y omite lo relativo a las nubes. El sumo sacerdote pregunta a Jesús por dos títulos mesiá- nicos: si es el Mesías y el Hijo del Bendito. La respuesta de Jesús, además de ser afirmativa, añade un tercero, el Hijo del hombre, que se apoya en Sal 110, 1 y Dn 7, 13. Sobre el particular se imponen las consideraciones que exponemos a continuación: a) El evangelista utiliza un título conocido por los seguidores de Jesús en Galilea; es una autodesignación mesiánica oculta, es decir, un concepto de doble sentido (como en Me 2, 10.28; 10, 45; 14, 4lb ); está en tercera persona como si se hablase de otro38. b) El título Hijo del hombre fue vinculado de varias maneras a la teoría del Mesías. Ahora se esclarece la duplicidad. En labios de Jesús, el Hijo del hombre no es un «hombre corriente», está al mismo nivel que los otros dos títulos. Jesús se identifica expresamente con el Hijo del hombre. El velo existente en la utilización hasta ahora es levantado ante el sanedrín. Ahora se completa su obra. Los discípulos o seguidores galileos prepascuales no habían entendido al Jesús terreno ni tam­ poco al Resucitado, que establecía la identidad de Jesús con el Hijo del hombre. En consecuencia, nuestro texto es la llave fabricada con gran reflexión y maestría para abrir el significado de todas las palabras del evangelio sobre el Hijo del hombre 39. c) En el «veréis» (v. 62) Marcos no se refiere al sanedrín, sino que él piensa que verá (el mundo) que el Mesías-Hijo del hombre, levantado a la derecha de Dios, es Jesús que volverá como juez escatológico. Marcos no piensa en dos actos: «sentarse» y «venir», sino en uno (Me 13, 26: citado literalmente más arriba). El tono de la afirmación es la elevación. De este modo, Marcos unió el pensamiento importante de la elevación-ascensión del Hijo 38 W. Schm ithals, o. c., II, p. 663- 39 W. Schm ithals, o . c ., II, p. 163.

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