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EL HIJO DEL HOMBRE 299 1.1. El texto aducido pertenece al género literario llamado apo­ tegma, que es una historia o historieta cuya finalidad es servir de marco a un cuadro que se quiere destacar. En este caso el marco es el milagro (Me 2, l-5a + 11-12 y par.) y el cuadro lo constituye el resto del relato (w. 5b-10). 1.2. En el estado actual la expresión Hijo del hombre es un título , aunque haya autores que lo reducen al nivel de la designa­ ción del pronombre personal: «yo» o «un hombre como yo» 6. La opción por la dignidad «titular» de la expresión se justifica teniendo en cuenta las consideraciones siguientes: resulta fácil deducir del análisis del texto que nos encontramos ante una reflexión cristológi- ca no fácilmente discernible en cuanto a su significado. Hay una contraposición entre lo que Dios puede hacer y aquello que es negado al poder de Jesús: perdonar los pecados, y cuya pretensión entra dentro de sus posibilidades, como él afirma. Estas pretensio­ nes de Jesús llegan a la concesión del perdón, como lo demuestra la trayectoria de su vida: comunión con los pecadores, parábolas, vocación de Leví que viene a continuación del texto en cuestión (Me 2, 15-17). Dichas pretensiones se convirtieron en el fundamento que dio paso a la formulación de las mismas (Mt 9, 8: la gente se maravilló porque había sido concedido «tal poder a los hombres», que es una adición (Mt 16, 19; 18, 12; Jn 20, 23). 1.3. Como hemos afirmado, el título en cuanto tal es fruto de la reflexión cristiana sobre la misión y actuación de Jesús (Me 10, 45: el Hijo del hombre vino a servir y a dar su vida en rescate por muchos...). Pero debió tener una base o un punto de apoyo. El títu­ lo como tal tiene que tener una justificación. Y creemos que así fue: en primer lugar, los seguidores de Jesús —no creyentes en su divi­ nidad antes de pasar al discipulado cristiano— conocían las pala­ bras que eran puestas en su boca y que eran atribuidas al Hijo del hombre, aunque ellos, en esa primera fase, no identificasen a Jesús como el Hijo del hombre. Jesús hablaba secretamente y utilizaba la expresión Hijo del hombre como un recurso para su ocultamiento 1. 6 R. P esch , Das Markusevangelium, I. Herders theologischer Kommentar zum Neuen Testament, 1977, p. 160, nota 31. 7 G. V ermes , Jesús el judío, Atajos, 1994, p. 179; R. Fabris, Jesús de Nazaret. Historia e interpretación, Sígueme, 1985, p. 195.

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