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EL HIJO DEL HOMBRE 329 Nada de particular, por otro lado. Ellos esperaban otro Mesías. Esto es cierto, pero debemos adelantar el contenido de otro texto: todavía no se había establecido la identidad del Hijo del hombre con el Mesías (Me 14, 62). Volveremos sobre este punto. Esto signi­ ficaba que sus seguidores de Galilea, incluidos los doce, podían reconocerlo como el Mesías, pero no como tal Mesías. 1.10. La segunda predicción de la pasión aparentemente repite la anterior. Notemos, sin embargo, una serie de peculiaridades: — la insistencia en una enseñanza esotérica. Jesús enseña algo que se oponía a lo que los hombres querían oír; — no lo entendían ni los discípulos. Ellos —todavía no eran verdaderos discípulos— prefieren un Mesías triunfador. Su progra­ ma contrario ni les seduce ni quieren verse comprometidos con él. No se atreven a preguntar; preferían «ser promovidos» a los prime­ ros puestos; — se destaca la oposición entre el Hijo del hombre, el Hom­ bre por excelencia, y los hombres que frustran el plan de Dios y optan por la consigna habitual de «sálvese quien pueda»; — el verbo «entregar» es un término técnico en la misión de Jesús: lo entrega Dios, aunque se sirva de instrumentos humanos (Judas...); — el sentido pleno de la vida entregada es la vida encontrada. La vida-muerte de Jesús es pionera de todas las demás y determina- dora de la dirección que deben tomar. Tiene tanta importancia que el éxito de la vida-muerte de los demás depende de que hayan sido configurados con la vida-muerte de Jesús 30. El texto paralelo de Mt 17, 22 coincide con el de Marcos, aun­ que éste insiste más en lo negativo, en la muerte, para que rasalte más la victoria. Se acentúa la oposición entre «los hombres» que actúan movi­ dos por los intereses religiosos, teológicos, económicos, políticos (dictaduras...) y «el Hombre» que sale de sí mismo y considera la 30 D. J. H a r r in g t o n , -The Gospel according to Mark», en The NewJerome Bibli­ cal Commentary, pp. 614-615.