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326 FELIPE F. RAMOS restablecerá todas las cosas; pero ¿cómo está escrito del Hijo del hombre, que padecerá mucho y será despreciado?”». El Hijo del hombre «tiene que padecer mucho y ser rechazado». El texto influyó en Mt 17, 12 y en Le 18, 31-32. La influencia contra­ ria, la de Mateo en Marcos (como sostiene Bultmann) es inacepta­ ble porque, en ese caso, la nota marginal debería ser muy tardía y difícilmente hubiese encontrado acogida en Marcos. Fue Mateo quien la halló en Marcos y, para hacerla inteligible, la introdujo mediante el adverbio «de la misma manera» (= oútos). Así lo unió con el Bautista y, de este modo, mejoró el texto ya que, en el con­ texto anterior, el sufrimiento del Hijo del hombre no era significati­ vo. El texto de Me 9, 12b: el sufrimiento del Hijo del hombre, es una interpolación posterior a Marcos y anterior a Mateo. La decisión por la interpolación está bien justificada. Aparte de no mencionar la resurrección, el «ser despreciado (= exoudeneze = exoudeno: ser tenido en nada, ser despreciado, fuera de aquí sólo lo utilizan Lucas y Pablo). Probablemente nos encontramos ante una nota marginal, que ya encontró Marcos y la incorporó al texto. La nota procedería de un lector que quería resaltar, como ya hemos apuntado, el paralelismo entre el Bautista y Jesús, para lo cual recu­ rrió a otras palabras de Marcos y a otras tradiciones. 1.8. El contexto de Marcos presupone la discusión de la comu­ nidad con el judaismo. Sin embargo, no encaja con el esquema habi­ tual de presentación del Hijo del hombre y entorpece, interrumpién­ dolo, el proceso lógico del pensamiento entre los versículos 11 y 13. De ahí que, al menos como posibilidad, pueda preguntarse si no tenemos aquí un logion aislado en el que el Hijo del hombre es considerado como un nuevo Elias. El texto paralelo de Mateo (16, 21), siendo la primera predic­ ción de la pasión, no menciona al Hijo del hombre: «Desde enton­ ces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jemsalén para sufrir mucho de parte de los ancianos, de los prínci­ pes de los sacerdotes y de los escribas, y ser muerto y al tercer día resucitar». Jesús habla de que tenía que subir a Jerusalén... sigue a Marcos con mínimas variantes; por ejemplo, Jesús no enseña (como afirma Marcos), sino que comunica.

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