PS_NyG_2000v047n002p0295_0358

EL HIJO DEL HOMBRE 321 Mesías oculto y tanto en sus hechos como en sus palabras manifes­ tó sus pretensiones y, al mismo tiempo, las ocultó. Estaríamos en la línea del secreto mesiánico. IV. EL HIJO DEL HOMBRE SUFRIENTE Y RESUCITADO 1 . L as tr e s p r e d ic c io n e s clá sica s 1.1. En su forma actual ninguna de ellas se remonta a Jesús. Están formuladas con tanta precisión, peculiaridades y detalles que nos obligan a pensar en algo que ya había ocurrido y a lo que se encierra en el molde preexistente. Serían unas predicciones ex even- tu. Más aún, en su forma actual los discípulos no se hubiesen ente­ rado de nada. La reacción de Pedro se explica perfectamente, lo mismo que la prohibición de Jesús de anunciar lo que el Maestro les había dicho. Es demasiada la teología-cristología subyacentes para que aquellos «discípulos» o cualquier persona, por docta que fuese, hubiesen podido adivinar el camino que apunta Jesús en ellas. La confesión de Jesús como el Mesías fue ampliada en el sentido cristiano de la fe: Mesías doliente y resucitado. Aunque sea telegráfi­ camente deben ser mencionadas una serie de características: a) el motivo del sufrimiento, que procede del evangelio original (Me 10, 38-39; 12, 6ss.; 14, 22ss., 27); b) material procedente de los relatos de la pasión-resurrección; c) el análisis literario-teológico subyacente: «sufrir», «sufrir mucho»; «ser rechazado»; «los ancianos, sumos sacerdo­ tes y escribas», que constituyen un trío de tipo redaccional de los ene­ migos de Jesús; «matarle»; «resucitar»; «después de tres días», que es sinónimo de «dentro de tres días o «al tercer día» (ICor 15, 3); «tiene que» o el imperativo-decisión divina: los hombres actúan en la pasión sólo en apariencia; es el plan divino o las Escrituras el que ha trazado la marcha de los acontecimientos. En cuanto a la clave para la identificación del Hijo del hombre debe tenerse en cuenca lo siguiente: 1.°) la coincidencia de lo dicho con lo hecho a Jesús; 2.°) la coincidencia de la esperanza escatológica del Hijo del hombre con la confesión pascual de Cristo;