PS_NyG_2000v047n002p0295_0358

EL HIJO DHL HOMBRE 317 ginales Marcos y Lucas. Pero el problema no termina ahí. ¿No pudo utilizar Jesús la fórmula «Hijo del hombre» en cuanto perifrástica —no como título— teniendo en cuenta que la escena se halla situa­ da en Galilea, donde dicha fórmula perifrástica era frecuente? 9.2. En cuanto al contenido debe acentuarse la contraposición entre «hombres» e «Hijo del hombre», es decir, que los hombres deben opinar sobre el Hijo del hombre. Esta contraposición reaparece de otra forma en el versículo 17: no te lo ha revelado «la carne ni la san­ gre», sino «mi Padre que está en los cielos». La frase que nos ocupa significa que el conocimiento del Hijo del hombre no es asequible al hombre natural, a la mente humana (ver Mt 11, 27: contraposición entre los humildes, a los que llega la revelación por estar abiertos a ella, y los sabios, que, desde su autosuficiencia, se cierran a ella. Este conocimiento tiene que ser regalado incluso a los discípulos. «Desde el principio, el Hijo del hombre estaba escondido, y el Altísimo... lo reveló a los elegidos» (Henoc et. 62, 7; ver 48, 7; 69, 26). Desde las consideraciones precedentes la introducción hecha por Mateo no debe quedar en el plano puramente literario, no es una mera fórmula perifrástica o un pronombre personal, sino un título plenamente cristológico. Para Maceo Jesús es el Hijo del hom­ bre ya en su fase terrena 22. E) Lo p r o p io d e Lucas (L) 10. El hijo del hombre, ¿encontrará f e en la tierra? (Le 18, 8) 10. 1. La sentencia no es considerada como auténtica por la mayoría de los intérpretes. Creemos, sin embargo, que puede defen­ derse la originalidad del proverbio. Según el uso lingüístico de los Sinópticos el logion habla de la aceptación de las palabras o de la predicación de Jesús. El problema que plantea es si cuando venga el Hijo del hombre podrá constatar que los hombres han tomado en serio su llamada a la decisión, si han seguido su invitación a la con­ versión y han mantenido una relación constante con Dios, como la 22 J. G n ilk a , o . c ., en la introducción a Mt 16, 13: pregunta de Jesús sobre quién es el Hijo del hombre.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz