PS_NyG_2000v047n002p0295_0358

EL HIJO DEL HOMBRE 313 misma fuente Q): En lugar del Hijo del hombre (= Lucas) habla de «mí o me» y de «yo»; y sustituye a los ángeles de Dios por «mi Padre, que está en los cielos». Aquí es Lucas más original que Mateo 19. Se trata de las exigencias del seguimiento y de las renuncias que implica la causa de Jesús. La formulación puede ser postpascual, aun­ que el contenido pudiera pertenecer a la predicación de Jesús. Jesús se distingue del Hijo del hombre. Pero es claro que la actitud pública del hombre frente a Jesús es tomada por el Hijo del hombre como criterio para el resultado en el juicio. Lucas presupo­ ne la identidad del Jesús terreno con el Hijo del hombre, como cons­ ta claramente por el versículo 10. D) A testa ció n ú n ica . Lo pr o pio d e M ateo (M .) 7. El Hijo del hombre, sem brador d e la bu ena semilla (Mt 13, 37.31X El Hijo del hombre es la figura dominante en la explicación de la parábola. Evidentemente es una figura secundaria. Se halla en la interpretación de la parábola hecha por la Iglesia, no por Jesús. La explicación de la parábola refleja la experiencia vivida en las comu­ nidades fundadas por la palabra, por el Hijo del hombre, y combati­ das por el príncipe del mal. Por otra parte, no se habla del mensaje, tal como exigiría el contexto, sino de los miembros del Reino. 7.1. En contra de la autenticidad original de la expresión Hijo del hombre referido a la fase terrena existen dificultades insupera­ bles: Él se refiere a las ovejas p erd id a s d e la ca sa d e Israel (Mt 15, 24), mientras que el Resucitado confiere a los suyos un a m isión universal (como ocurre en el caso presente). Junto a esta constata­ ción hay que notar otra de sumo interés: la conexión existente entre su p a la b r a y la ap lica ción d e la misma com o m ed ida y criterio d e la decisión (Mt 7, 24ss.; 25, 34ss.); en este contexto el diablo no es el tentador de los hombres, sino el op on en te a l H ijo d el hom bre. Fruto, sin duda, de una reflexión tardía. 19 G. S ch n eid er , o. c.y II, pp. 279-280.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz