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310 FELIPE F. RAMOS La primera de estas sentencias está tomada de Marcos. La segunda coincide con el logion único de Lucas, y ambos dependen de Q. En Mateo la frase —en su primera parte procedente de Mar­ cos— es impersonal, como lo demuestra la introducción: «Por eso, os digo...«, pero, al mismo tiempo, la impersonalidad no impide des­ cubrir a los fariseos como destinatarios. La impersonalidad es menos acusada en Lucas, pero se descubre también a los destinatarios, no al principio, como en Mateo, sino al final: «cuando os lleven a las sinagogas...». En Mateo la sentencia en cuestión está contextualizada remota­ mente por dos frases en las que acusan a Jesús de echar los demo­ nios por el poder de Beelcebul (w . 24. 27: en última instancia se habla del Espíritu de Dios que actúa en Jesús, y que es rechazado al suplantarlo por el poder de Beelcebul). En Lucas el logion está unido a las dos sentencias anteriores: A qu ien m e con fesa re... El qu e me negare... (Le 12, 8-9: en ellas se manifiesta con toda la clari­ dad la actitud del hombre ante Jesús) 14. La imperdonabilidad del pecado contra el Espíritu Santo está causada por el rechazo burlesco de la venida del reino de Dios, que ahora actúa por medio.del Espíritu. También puede hablarse del rechazo del Hijo del hombre, que también debería ser considerado como un pecado contra el Espíritu Santo, porque se trata de la repul­ sa de Aquel que ha sido constituido por Dios como el camino de la salvación. ¿Por qué, entonces, se distinguen ambos pecados? La razón está en que se piensa en el aspecto humano del Hijo del hom­ bre. Mateo y Q hablan desde la situación prepascual15. Equivaldría, por tanto, a decir: «Quien blasfeme contra Jesús, porque sólo ve en él a un “hombre”, será perdonado. Quienes lo hagan podrán obte­ ner el perdón, porque es posible que no sepan lo que hace»n (Le 23, 24; ver Me 3, 28-30). Durante el ministerio terreno de Jesús, aun­ que el Espíritu actuaba en él, no lo hacía plenamente: todavía «el Señor no era Espíritu» (2Cor 3, 17). Ahora bien, el problema está 14 G . S c h n eid er , Das Evangelium nach Lukas. II, Ökumenischer Taschenbuch Kommentar zum Neuen Testament, Würzburg, 1977, p. 279. 15 J. G n ilk a , o . c., p. 311.

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