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NO HEMOS PERDIDO EL PARAÍSO 221 rios del texto. Incluso dificultan su interpretación. Fueron las mencionadas categorías teológicas las que cristalizaron en la mayoría de las “relecturas” que, a lo largo de los siglos, se han ido sobreponiendo e imponiendo en los diversos estratos de Gn 2-3. Mas tales “relecturas” tuvieron su origen en posteriores reflexiones sobre el texto, a partir de situaciones históricas, perspectivas teológicas o necesidades catequéticas nuevas. Resultan extrañas a la problemática concreta y al sistema literal que rige la intención significativa del mismo» (p. 510). 2. EL MITO DE GN 2-3 ANTE REFLEXIÓN TEOLÓGICA Es conocido el hecho de los apriorismos y prejuicios dogmáti­ co-doctrinales con los que la teología clásica se acercaba a lectura de Gn 2-3. No quisiéramos caer en similares defectos. 2.1. D esd e la exég esis a la t eo lo g ía Por eso, tomamos como punto de referencia para nuestra refle­ xión teológica sobre Gn 2-3 los resultados mejor contrastados de la exégesis, tal como se nos ofrece en el libro de AV. En buena meto­ dología teológica, una correcta inteligencia del texto bíblico debe ser el punto de partida de toda ulterior reflexión racional, sistemáti­ ca sobre los datos obtenidos de la Escritura. Ella debe ser el alma de la teología (DV 24). La investigación teológica debe someterse al control y criterio de la Escritura. En el tema que nos ocupa y, por lo que yo conozco, fue más bien, a la inversa. El texto de Gn 2-3 (y otros similares y complementarios) fue interpretado, durante siglos, desde prejuicios, pre-supuestos doctrinales adquiridos por otros caminos anteriores y distintos a la lectura de la Biblia. San Agustín, reconocido «inventor/arquitecto» de la teoría del pecado original, confiesa que, ya antes de su conversión, su cono­ cimiento de los filósofos y escritores paganos le había llevado a la convicción de la gran «miseria» que abruma al género humano, especialmente a los niños «inocentes», es «castigo» por algún peca­ do cometido por los hombres antes de llegar a la existencia: el «antiguo pecado» de que hablan las mitologías paganas y la misma

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