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NO HEMOS PERDIDO EL PARAÍSO 237 Mientras tanto, iba gestándose otro fenómeno cultural nuevo: la aparición y consolidación del método histórico-crítico para el estudio de los textos y de las culturas dentro de su propio contexto, dentro de lo que Ortega y Gasset llama «la circunstancia vital» toda entera en que fueron producidos. Los exégetas y teólogos católicos no estaban en posesión de esta metodología hasta fecha muy recien­ te. Se les puede disculpar de que no lograsen captar el mensaje de Gn 2-3 dentro en la circunstancia vital en que fueron escritos. Finalmente, la mitología , el estudio científico crítico, y por ello valorativo y positivo de los textos míticos de la cultura universal, no ha surgido y tomado cuerpo entre nosotros hasta bien entrado el siglo xx. Ya hemos mencionado la intervención de alguno de esos prestigiosos mitólogos, como Mircea Eliade y P. Ricoeur. Quien, por cierto, ha hecho de los mitos bíblicos de los orígenes objetivo pre- ferencial y exitoso de sus investigaciones. Siempre bajo la consigna: el mito da que pensar. Es decir, puede ser vehículo adecuado de grandes ‘pensamientos’. En el caso, de valiosas verdades cristianas. También el psicoanálisis y la fenomenología de las religiones ha entrado a fondo (aunque, a veces, también a saco) en el estudio y valoración positiva del mito. Y también aquí el mito bíblico de los orígenes ha sido tema atractivo de sus investigaciones5. En este contexto, no calificaríamos de «error» puro y duro (al menos para su época) los desaciertos de su exégesis y teología en el caso de Gn 2-3. Sí se trasformaría en «error auténtico» el mante­ ner en el siglo xxi lo que otrora eran humanas limitaciones, epoca- les inevitables. Respecto a la doctrina del pecado original que con­ viene observar: se trata de un «teologúmeno», de una teoría teológica carente de cualquier fundamento en Gn 2-3. Pero, sobre todo, como observaba P. Ricoeur, la situación de desacierto se agrava cuando a semejante «teologúmeno» se llegó a recubrir con el dosel sagrado de certidumbres dogmáticas y de seguridades divinales. A mi juicio, se 5 Puede verse la monumental obra de E. D rew erm an n , Strukturen des Bösen. Die jahwistische Urgeschichte in exegetischer, psychoanalitischer und philosophis­ cher Sicht (en tres volúmenes), Schöningh Verlag, München-Paderborn-Wien 1977- 1978. En menor escala, pero con título significativo, A. C a b a lle ro A ren cib ia, Psicoa­ nálisis y Biblia. El psicoanálisis aplicado a la investigación de textos bíblicos , Salamanca, Publicaciones de la Universidad Pontificia, 1994.

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