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TEXTO INÉDITO DE UNAMUNO SOBRE SAN FRANCISCO 207 m i s 7. No he de discutirla ahora: tal vez el concepto y finalidad de que V. reviste a la ciencia, principalmente a la ciencia filosófi­ ca, me parezcan a mí algo incompletas. Creo que los caminos de la sabiduría, los bordes risueños y paisajes espléndidos que con­ ducen a ella tienen interés capitalísimo en la historia del humano espíritu. ¿Pero quiere decir esto que los bordes risueños, los pai­ sajes espléndidos, las orlas y revueltas del camino deben absor­ ber de tal manera nuestra atención que nos impidan llegar a la meta del viaje, al lugar del descanso verdadero donde se quiebra la muchedumbre de las diferencias y vence y reina y pone su silla la unidad sobre todo? Aunque parezca un contrasentido yo he cre­ ído sorprender grandes analogías entre el proceso mental de V. y la afirmación capital de Menéndez Peiayo. Éste dijo, hablando de Ramón Lull, que las trochas del camino tienen más interés huma­ no que la consecución misma de la sabiduría: V., si no me equi­ voco, ha seguido practicando en sus escritos la afirmación de Menéndez Pelayo. Ahora si le flagela al ilustre montañés, no atis­ bo en verdad la causa de la flagelación. ¿Será porque Menéndez se colocó de un salto en la cumbre, desdeñando las trochas tra­ bajosas y contentándose con la fe de carbonero? ¿Será tal vez por­ que se desvió de la órbita humana, de la meditación honda y transcendental de los problemas humanos, perdiéndose en un laberinto de callejuelas históricas, estéticas y literarias, que no resolvieron de plano los enigmas del Universo? Si he de ser since­ ro en mis sentimientos, he de apuntar aquí la desilusión que al cabo de muy pocos años me ha producido la labor intelectual del gran polígrafo español. Su crítica, como observó muy bien Azo- rín, es una crítica erudita, no psicológica ni siquiera interpretati­ va. No desconoció las nuevas manifestaciones de la estética y lite­ ratura modernísimas: pero le faltó el calor del alma para abrazarlas, para fundirse al beso de las emociones que las corrien­ tes del pensamiento contemporáneo producen en almas esteta y aptas en apropiarse todos los sentimientos humanos. Es una tacha grave y esencial, que no dejo de reconocer a pesar de mi profun- 7 Manuel Milá y Fontanals nació en Villafranca del Penedés (1818-1884). Entre sus escritos: Menéndez Pelayo y Rubio i Lluch discípulos, en Obras Completas, 8 vols. Nicolau d’Olwer publicó su Epistolario (1992-32).

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