PS_NyG_2000v047n001p0007_0195
IDENTIDAD DEL CAPUCHINO, COMO HERMANO MENOR. 77 • El Capítulo General de 1618, donde se matizan los títulos que le corresponden a los diversos hermanos. Para los que no son sacerdotes se habla de «Diletto Fratello», o «Divoto Religioso». Cuando se está haciendo esta matización quiere decir que, en la vida práctica de la comunidad, existían dudas y que se había mantenido también una práctica diversa de ésta 222. 3.3. C l ERICAUZACIÓN TRIDENTINA Y GESTO DE SAN PÍO V Los años comprendidos entre 1536 y 1552 no serán fáciles para la fraternidad capuchina. Tienen que afrontar grandes dificultades que cuestionan la validez y autenticidad de la reforma. Entre los momentos especialmente difíciles se encuentra la apostasía del vica rio general Bernardino Ochino225. Ante este triste suceso, el pueblo se sintió engañado por el predicador más famoso del momento y los capuchinos vivieron el rechazo de un pueblo ofendido que, a su vez, les retiraba su confianza: eran mal recibidos, se les negaban las limosnas y aquellos que habían colaborado en su defensa y pro tección no querían verse inmiscuidos en aquella burda mentira. A consecuencia de esto, algunos capuchinos retornaron a la observan cia. El mismo papa Pablo III trató en consistorio el tema de los capu- 222 Cf. Collectio Authentica. Ordinationum a c Decisionum. Capitulorum Generalium, en Analecta OFMCap 5 (1889) 303-304, n. 15. 223 Sobre él afirma Lázaro Iriarte: «Tan a satisfacción de todos desempeñó el primer trienio de su gobierno, que en el capítulo general de 1542 fue reelegido sin vacilación, no obstante su porfiada resistencia. Pero desde entonces cambió total mente su modo de ser. Aflojó en la observancia regular, se dispensó de la vida común y obtuvo privilegios personales con pretexto de sus actividades apostólicas. En realidad, él mismo se sentía muy distanciado de sus hermanos de hábito en sus doctrinas e ideales. El contacto con Juan de Valdés y su piadoso cenáculo de Nápo- les le venían retrayendo paulatinamente de su fe ortodoxa y su predicación tenía resabios de luteranismo; los teatinos le espiaban en todas partes y acabaron por hacerlo sospechoso en Roma. Su paso decisivo fue la protesta pública en Venecia contra la prisión de un agustino amigo suyo, por hereje. Fue llamado a Roma; de camino se detuvo en Florencia, donde el agustino Pedro Mártir Vermigli y otros ami gos del círculo de Valdés le advirtieron del peligro y le incitaron a la fuga. Encami nóse a Ginebra, después de enviar el sello de la Orden a Bernardino de Asti, procu rador general»: Historia..., 242.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz