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74 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ Al estudio, realidad especialmente diferenciadora en este momento histórico 208, -pueden ser promovidos los hermanos» 209. Unos hermanos que deben cumplir unas rigurosas condiciones: -ser de caridad ferviente, costumbres laudables, vida humilde y santa, y, además sean de tal manera aptos para aprender que después, con la vida y doctrina, puedan ser útiles y provechosos en la casa del Señor» 21°. Los lectores y los estudiantes se deben distinguir más por un estudio espiritual que el simple literal, ya que, -sin el espíri­ tu no se consigue el conocimiento verdadero, sino la simple letra que ciega y mata»2U. Estudiar para acceder a las órdenes sagradas es un hecho totalmente excepcional, como se sobreentiende de la constitución 124: -les será ocasión de humillarse el reconocimiento de haber adquirido nuevas obligaciones con Dios, por haber sido promovidos al estudio y hechos dignos de ser introducidos en la verdadera y suave inteligencia de la sagrada escritura, bajo cuyo contenido está Él escondido y cuyo espíritu es más dulce que la miel para quien lo gusta»212. 208 Cf. M elc h o r A P o b l a d u r a , Significado y amplitud de los estudios en la Orden capuchina durante el primer siglo de su existencia , en Estudios Francisca­ nos 52 (1951) 317-346. 209 Const. 1536, n. 122, 236. 210 Ibíd. 211 Const. 1536 , n. 123, 236-237. 212 El hecho de aspirar a la clericalización por parte de los jóvenes, era consi­ derado como un acto de soberbia. Así lo atestigua un testimonio digno de fe: «Nelli capitoli provinciali era lecito a qualunque, o sacerdote o laico, dire o rengare publi­ camente sopra alcuna cosa da remediare o fare o introdurre; e molti laici m’hanno detto che in capitolo già loro hanno rengato, come fra Antonio d ’Apignano laico vecchio; adesso ogni cosa determinano i deffinitori... Item ho più volte inteso dire da’ nostri vecchi, e anco lo riconferma fra Giacomo d’Ascoli e il padre Masseo, che si tenevano i chierici in gran mortificazione in tanto che, se alcuno avesse dimandato d’andare alPordinazioni, si poteva preparare ad ogni bona penitenza, e poi a non l’aver più, overo dopo lungo tempo sotto qualche altro provinciale, che sopravenuto non lo conoscesse avido di queste ordinazioni. Item dicono, cosi anco reconfermano il padre Masseo e fra Giacomo, che se alcun chierico avesse dimandato d ’andare allo studio, se lo perdeva per sempre, perché lo scorgevano per ambizioso, e per conseguenza indegno. Item mi racontò il padre fra Bartolomeo da Fabriano, sacerdote vecchio, cosi padre Masseo da Fossombrone e fra Giacomo d’Ascoli confermò, che se alcun chieri­ co tenuto avesse missale, saria stato reputato per ambizioso e per uomo che aspiras-

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