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IDENTIDAD DEL CAPUCHINO, COMO HERMANO MENOR. 73 al pueblo de Dios, capaces de cuidar los detalles para no ser moti­ vo de escándalo. Una manera de predicar que, a ejemplo del biena­ venturado Francisco, se base en el testimonio de vida, la sencillez de palabra y la fuerza de las mismas. Para evitar cualquier posible mal entendido, se prohibe que se pida «limosna al predicar, ni para sí ni para los hermanos»202. Se insiste en la idoneidad de los hermanos para el servi­ cio fraterno, buscando el bien de toda la comunidad: «Elíjanse, pues, como prelados nuestros a [hermanos] maduros y discretos, que tengan ciencia, conciencia y experiencia. Y en todas las cosas procedan con el consejo de los hermanos más antiguos» 203. En la elección de dichos prelados, «tengan voz pasiva todos los hermanos que se encuentran en el lugar del capítulo. En tal elec­ ción, los vicarios tengan voz activa» 204. Buscando siempre que realmente los prelados sean ministros y siervos de todos los her­ manos 205. De los hermanos que son súbditos, se espera una con­ ducta irreprochable, capaces de vivir humilde y caritativamente, entendiendo la corrección fraterna como un medio eficaz para el beneficio de toda la Fraternidad: «Cuando sean reprendidos y corregidos por ellos, arrodíllense humildemente y soporten pen i­ tentemente las represiones y correcciones, según la laudable cos­ tumbre de nuestros antiguos y humildes padres y hermanos»206, al mismo tiempo que, con su propia acción, manifiestan el talante peculiar de toda la Fraternidad. Y, conscientemente, los hermanos eviten toda posible vanagloria, acomodándose y siendo fieles a la vida comunitaria, por eso: «ningún hermano presuma tomar refección alguna, tanto dentro como fue ra de nuestros lugares, sin licencia y bendición del prelado o del padre o hermano más anciano» 207. 202 Const. 1536, n. 115, 233. 203 Const. 1536, n. 99, 226-227. 204 Const. 1536, n. 101, 228. 205 Cf. Const. 1536, n. 101, 228. 206 Const. 1536 , n. 127, 238. 207 Const. 1536, n. 129, 239.