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IDENTIDAD DEL CAPUCHINO, COMO HERMANO MENOR. 11 2.2. P royecto de la vida cristiana - religiosa 2.2.1. Opciones evangélicas de fondo La vida religiosa surge como una respuesta concreta a los valo res que Jesucristo propone. Respuesta que no está hecha desde un esquema preestablecido sino que brota de manera espontánea y viva desde la iniciativa de distintos cristianos l. En este ambiente de seguimiento surgen grupos donde se acentúa la virginidad y la renuncia a los bienes, como medio eficaz para dedicarse al servicio de la comunidad. En estas comunidades no se vivirá la ascesis y renuncia personal como un fin, sino como un medio eficaz para rea lizarse en la caridad perfecta y desempeñar con mayores frutos un servicio concreto en la vida de la Iglesia. Se va sintiendo la necesi dad de la formación específica de personas dedicadas, de manera total, a encarnar en diversas modalidades de vida cristiana. En la búsqueda de una experiencia real y auténtica de estos valo res evangélicos se va desarrollando un movimiento de ruptura con la sociedad en la que viven. La Iglesia del siglo III se encuentra ya a gran distancia de aquella del siglo II, acrisolada por el martirio y el sufrimiento de la comunidad. Es ésta una Iglesia de masas, donde dis minuye el radicalismo de los primeros tiempos, que vive dentro de la realidad de un imperio decadente que ya no es capaz de dar respues tas a las necesidades de los ciudadanos. Debido a esto, y en una afán de volver a ser cristianos perfectos, se empieza a sentir un movimien to eremítico donde el nivel de exigencia se iguale al de los primeros momentos. Ante esta búsqueda tienen que separarse de las grandes comunidades a otros lugares donde sea posible hacer tangible su ideal de vida, saliendo hacia el exterior de los núcleos urbanos. El origen del monacato primitivo se encuentra en una cons tante actitud de búsqueda. Dependiendo de los autores, dan más o menos importancia a los distintos factores que pudieron influir2. Para el presente estudio no será importante detenerse aquí sino 1 Cf. X. P ikaza , Tratado de vida religiosa. Consagración, comunión, misión , Madrid 1990, 29-35. 2 Cf. la síntesis de J. Á lvarez G ó m ez , Historia de la vida religiosa. I. Desde los orígenes hasta la reforma cluniacense , Madrid 21996, 57-81.
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