PS_NyG_2000v047n001p0007_0195

54 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ apostólica de poder llevar vida eremítica fuera de la propia Orden era el medio adoptado por aquellos religiosos que no se sentían dis­ puestos por más tiempo a seguir el tenor de vida practicado en la fraternidad de la cual originariamente formaban parte»127 y, por lo mismo, un medio bastante utilizado en la vida religiosa de la época. Debían ahora pedir permiso a sus superiores para llevar una vida eremítica. En el caso de que la autorización les fuese negada, podían hacer uso del privilegio concedido por la Sede apostólica y quedaban sometidos a la jurisdicción del obispo de Camerino. Es éste el primer paso firme hacia la realización de las aspiraciones que tenían muchos observantes. El breve emanado de la Santa Sede encrudece las relaciones entre las distintas posiciones haciendo más difícil el diálogo. En la congregación general de 1526, el ministro general Francisco de los Angeles Quiñones, promulga la creación de las casas de recolección en todas las provincias de Italia. Éstas se regularían por una normativa propia emanada del mismo capítulo. Juan de Fano, ministro provincial de Picena, contrario siempre a este tipo de propuestas de reforma, no puso en marcha las disposi­ ciones capitulares en su provincia. Juan de Fano , por su parte, escribe el Dialogo della salute como respuesta a todos aquellos que estaban descontentos. Representa la postura oficial de la Orden, desde la que se intenta poner freno a los movimientos reformistas que habían surgido. Según él, no era posible vivir el ideal franciscano fuera de la Orden de los Hermanos Menores, olvidando todas las normativas emanadas de la Sede Apos­ tólica y de los capítulos generales. La lucha se debatía entre una visión oficial y la espiritual, basada en la Regla y el Testamento. Después del breve de 1526, Mateo retorna a la predicación iti­ nerante y, hacia finales de 1526, se le une Pablo Barbieri de Chiog- gia, clérigo salido de la observancia. Mientras, los hermanos Fos- sombrone se encontraban en una pequeña ermita próxima a Camerino, dedicados a la oración, y al trabajo manual y a algún ministerio ocasional que pudiese surgir en la zona. En mayo de 1527, toda la comarca de Las Marcas vive una terrible peste que ter­ mina con la vida de gran parte de la población. Los hermanos Fos- 127 C. U rban elli , Ludovico Tenaglia..., 110.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz