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IDENTIDAD DEL CAPUCHINO, COMO HERMANO MENOR. 47 vicario de Cristo en la tierra, el pontífice romano» n i, pero afirma todavía más: «La Iglesia es una comunidad de hombres tan visible y perceptible como la comunidad del pueblo romano, o el reino de Francia, o la república de Venecia»112. H. Fries constata la divi­ sión entre clérigos y laicos afirmando que: «El clérigo es propia­ mente el portador y el sujeto de la actuación eclesial, el que “goza de pleno derecho” en la Iglesia frente al pueblo desplazado al papel de mero receptor, aun cuando recibe la denominación de ministro al servicio de la religión o de maestro. Esta situación con­ dujo a una forma extrema de institucionalización frente a la cual el espíritu retrocede a un segundo plano»113. Curiosamente, los cánones de Trento sólo afectaban al clero secular y a la vida religiosa masculina. Algunos monasterios femeni­ nos, exentos de la jurisdicción del obispo y dependientes directa­ mente del papa, han gozado no sólo de plena autonomía interna sino que, con frecuencia, las abadesas han ejercido jurisdicción tam­ bién sobre el clero y los fieles fuera del monasterio 114. España cuen­ ta con el caso singular de Las Huelgas, donde la abadesa tenía domi­ nio sobre varios pueblos y jurisdicción nullius en el ámbito espiritual. La abadesa de Las Huelgas gobernaba en lo espiritual y en lo material, recibía la profesión de los religiosos del Hospital del Rey que le debían obediencia y sumisión; concedía las licencias para celebrar y administrar los sacramentos en el territorio del monaste­ rio, de predicar en las iglesias y parroquias sujetas a ella; imponía censuras canónicas; metía en la cárcel; procesaba y condenaba a laicos y clérigos; nombraba los párrocos... En el encabezado de sus 111 R. B elarm ino , Disputationes de Controversiis christianae fidei; citado por H. F ríes , «Cambios en la imagen de la Iglesia y desarrollo histórico-dogmático», en Mysterium Salutis IV/1, Madrid 1969, 268. 112 Ibíd. 113 H. F ríes , -Cambios en la imagen de la Iglesia y desarrollo histórico-dogmá­ tico», en Mysterium Salutis IV/1, Madrid 1969, 274. 114 Cf. P. de L an gog ne , «Abbese», en Dictionnaire de Théologie Catholique, I, Paris 1923, 17-22; J. M. B esse , «Abbese», en Dictionnaire d ’Achéologie Chrétienne et de Liturgie, I, Paris 1907, 42; A. P antoni , «Abbadessa», en Dizionario degli Istitu- ti di Perfezione, I, Roma 1974, 14-22; J. M. E scrivá de B alaguer , La abadesa de las Huelgas , Madrid 1944; R. E . S u r tz , «La madre Juana de la Cruz (1481-1534) y la cuestión de la autoridad religiosa femenina», en Nueva Revista de Filología Hispá­ nica 33 (1984) 483-491.

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