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40 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ tienen un ministerio eclesial concreto 102. En todas estas reformas hay un retorno al ideal primigenio: la vida que Francisco había man­ tenido con el primer grupo y cómo habían exhortado a la peniten­ cia. Para llevar adelante estas reformas el acento fue puesto en la vida religiosa en sí misma, común para clérigos y laicos, sin ningu­ na distinción. Se recuperan los derechos de precedencia y la posibi­ lidad de todos los hermanos para acceder a cualesquiera oficios. Haciendo referencia a los hermanos laicos, Lázaro Iriarte afirma que: «Las Constituciones de San Juan de Capistrano (1443) los admitían a todos los oficios, sin excluir el de vicario provincial; pero al hacerse la lectura de las tablas capitulares había de leerse el nombre de un sacerdote en vez del laico designado prelado, pro forma servancla »103. De esta manera se querían evitar conflictos teniendo en cuenta el juridicismo y, por otro lado, asegurar la fidelidad al espíritu de Fran­ cisco. Al mismo tiempo que se constatan estos datos, es preciso señalar como, a los pocos años, todas estas reformas viven serias dificultades para mantenerse en la originalidad y frescura de los pri­ meros momentos. Las mismas Constituciones de Barcelona del año 1451, «volvieron a privar de la voz pasiva para el cargo de guardián a los que no estuvieran ordenados in sacris»104. El trabajo misionero que, siempre ha tenido especial importancia en la Orden francisca­ na, cuenta siempre con laicos que juegan un papel preponderante. En la evangelización de las Islas Canarias está el personaje singular de san Diego de Alcalá que, siendo laico, llegó a ser el responsable de la misión y, no se puede olvidar que, esto mismo le trajo con­ flictos con los hermanos. Al hacer referencia a la santidad entre los menores son muchos los ejemplos de santos laicos que, además de su santificación personal fueron modelos de vida fraterna para los suyos: san Diego de Alcalá, san Salvador de Horta, san Benito Moro de san Fratello, san Pascual Bailón, san Carlos de Sezze, así como un largo número de capuchinos. 102 Cf. L. B r fn g io , L’Osservanza francescana in Italia nel secolo xiv, Roma 1963. 103 L. I riarte , Historia..., 140. 104 Ibtd.

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