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IDENTIDAD DEL CAPUCHINO, COMO HERMANO MENOR. 25 les reconoce la posibilidad de exhortar a la pen itencia44. A este respecto Rusconi afirma: «La “confirmación” pontificia de una forma vitae redactada por escrito, de la que habla Francisco en su Testa- mentum , le abre en primer lugar la posibilidad de desenvolver una predicación itinerante de penitencia en la Italia meridional: que sin una ratificación eclesiástica inevitablemente habría sido sometida, antes o después, a la sospecha de herejía»45. Desde el momento de la aprobación papal comienzan a ser con­ siderados como una religio. El cardenal Juan de san Pablo, de quien habían recibido la disposición de la tonsura, deseaba que todos fue­ sen clérigos (TC 52) al estilo de las órdenes conocidas en la época 46. Es aquí donde Francisco, se mantiene firme en la inspiración que ha recibido del Señor, para presentar y mantener su proyecto en la pure­ za original. Parece evidente, como afirma Manselli, «que un laico, como era hasta entonces Francisco, pudiera proponer y disponer con una autoridad, que exigía obediencia total, sobre clérigos y hasta sobre sacerdotes»47 pero, al mismo tiempo parece lógico que sea en este punto donde tenga su origen el diaconado de Francisco, aunque tuvie­ ra lugar posteriormente. Debió ser ordenado rápidamente — por influencia del mismo cardenal— teniendo en cuenta sus competencias como « ministro y siervo de toda la fraternidad» (IR 18,2). Se quería signo de un ministerio. La de los Hermanos Menores es la prueba de que realizaban justamente su oficio y servicio. Es preciso tener presente que algunos compañeros de la primera hora permanecieron como laicos; es el caso de Bernardo de Quinta- vale o Egidio de Asís. Cf. P. G o b illo t , «Sur la tonsure chrétienne et ses prétendues origine paíenne», en Remie d ’Histoire Ecclésiastique 21 (1925) 399-454; R. N a z , «Ton­ sure», en Dictionnaire de Droit Canonicque, VIII, Paris 1965, 1289-1293. 44 En este primer momento del franciscanismo no se puede hablar de una predicación como se conoce hoy en día. Se trata de una exhortación caritativa, de hermano a hermano por el mundo. Cf. C. D elco r n o , «Origini della predicazione fran- cescana», en Francesco d Assisi e francescanesimo dal 1216 al 1226. (Atti del Con- vegno internazionale, Assisi 1976Q) } Assisi 1977, 125-160; Z . Z afa r a n a , «La predica­ zione francescana», en Francescanesimo e vita religiosa dei laici nel ‘200. (Atti del Convegno internazionale, Assisi 1980J, Assisi 1981, 203-250; K. E sser , La Orden franciscana. Orígenes e ideales , Aránzazu 1976, 82-90; R. M anselli , Vida ..., 142. 45 R. R u s c o n i , o . c ., 83. 46 «Suscepta itaque benedictione a summo pontífice et visitatis apostolorum liminibus, datisque tonsuris beato Francisco et aliis undecim fratribus sicut dictus cardinalis procuraverat, volens omnes illos duodecim esse clericos»: TC 52. 47 R. M anselli , Vida ..., 119.

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