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mismo, no convirtiéndolo en un fin en sí mismo. Viviendo desde la sencillez y profundidad que crea el vivir en pequeños núcleos com­ partiendo y orando desde la propia y personal experiencia de Dios. Las exigencias del mundo emplazan a una formación coherente y seria, donde los estudios juegan un papel fundamental: «Durante la formación el estudio debe considerarse como un verdadero trabajo y como uno de los más importantes» 579. Todo hermano y más aquellos que se encuentran en un período de formación inicial necesitan de modelos de identificación que les hagan crecer y les estimulen a proyectarse. Generalmente se ha pro­ puesto de modelo a hermanos que eran clérigos. Indirectamente esto ha provocado una respuesta que, en algunos casos, hasta se veía acompañada de una cierta y sutil manipulación. Será necesario confi­ gurar la fraternidad formativa con la suficiente apertura y amplitud para que los formandos conozcan, valoren y opten por la vocación que más responde en la fraternidad a la llamada que el Señor le hace. Igualmente erróneo sería que sólo encontrasen modelos laicos. Las expresiones laicales de la vocación capuchina deberán ser ampliadas y potenciadas hacia las siempre nuevas y eternas necesi­ dades de los hombres, recuperando la espontaneidad de los prime­ ros decenios de vida franciscana y el primer siglo de reforma capu­ china. El mundo social es una llamada insistente que puede ser plenamente asumida por los hermanos. El trabajo misionero sigue necesitando de innumerables manos, y no siempre se precisa que estén consagradas... Parece lógico, como ya apuntado en otra oca­ sión 580, que la vocación laical necesita de una visión totalmente renovada. Hoy en día que se ha puesto tan de moda el voluntaria­ do, como un servicio a tiempo parcial, hacerlo a tiempo pleno desde una apreciación de vida, sigue siendo un interrogante y una res­ puesta para los hombres. No resulta difícil configurar la ratio formationis de aquellos hermanos que quieren optar por el sacerdocio. Por el contrario, cuando se refiere a aquellos que optan por permanecer como lai- IDENTIDAD DEL CAPUCHINO, COMO HERMANO MENOR... 171 579 Ibíd., 692. 580 Cf. M. A. P e n a G o n z á le z , o . c ., 450-451.

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