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IDENTIDAD DEL CAPUCHINO, COMO HERMANO MENOR.. 141 para pasar de un amor posesivo a una entrega total a los demás451. Pero las Constituciones no hacen un planteamiento ingenuo de las dificultades de una vida célibe y advierten del dominio de los senti­ dos y del corazón, recurriendo a medios que favorezcan la salud men­ tal y corporal 452. La amistad como don es también una ayuda para el crecimien­ to. Las relaciones de amistad deben caracterizarse por su apertura que permite crecer a la fraternidad y nunca cerrarse en la exclusión. El modelo que proponen es la relación de amistad noble entre Fran­ cisco y Clara 453 que siempre estuvo marcada «por la cortesía, el res­ peto y el sentido de justicia» 454. El Espíritu del Señor que actúa y se manifiesta en los hermanos y en la fraternidad: «nada nos estorbe, nada se interponga para que el Espíritu del Señor actúe y se mani­ fieste en nosotros y en nuestra fraternidad» 455. 4.2.2. El actuar 4.2.2.1. Fraternidad «trabajadora» Para el capuchino el trabajo es una gracia 456 que ha de estar dispuesto siempre a asumir. El hermano debe estar siempre dispues­ to al trabajo 457 y haciéndolo lejos de todo afán de lucro 458 o de bús­ queda de una buena retribución 459. El trabajo es un medio de proyección de la fraternidad. El her­ mano realiza el trabajo viviéndolo como un ministerio apostólico al que ha sido enviado por la Fraternidad. Por eso, el trabajo de cada uno debe tender a ser expresión de la vida fraterna: «El trabajo de 451 Cf. Const. 171,1. 452 Cf. Const. 170,1. 171,4. 453 Cf. ICel 18; 2Cel 204; J. S anz M ontes , Francisco y Clara de Asís. Icono y palabra de amistad, M adrid 1988. 454 Const. 172,2. 455 Const. 173,2. 456 Const. 75,1. 457 Const. 80,3. 458 Const. 80,2. 459 Const. 80,1.

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