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130 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ dad. Es la puerta por la que se recibe también la presencia y bendi­ ción de Dios en la fraternidad. El hermano es una fiesta y supone una verdadera alegría: «Todo hermano, dado por Dios a la fraterni­ dad, es motivo de alegría y al mismo tiempo estímulo para renovar­ nos en el espíritu de nuestra vocación» 394. William Henn sostiene que «tanto laicos como sacerdotes son un sacramental, no sólo por el puesto sacerdotal en la liturgia, sino también con la ofrenda de sus vidas como sacrificio espiritual, esto en cada capuchino, ya sea hermano o hermano sacerdote» 395. Señalando el carácter irrepetible de cada vocación no pierde de vista la identidad fraterna. Para que esto pueda ser más auténtico, «estemos todos pene­ trados del espíritu de fraterna comprensión y sincero aprecio» 396 desarrollando unas relaciones que superan lo humano y sanguíneo. Según Teobaldo Ricci, «no son las normas las que edifican la frater­ nidad sino la perfección, el cariño, el espíritu que las inspira e inva­ de» 397. La fraternidad se convierte en una matriz capaz de concebir, en la «que no hay madre tan tierna y afectuosa con su hijo, como debe serlo cada uno de nosotros con su hermano espiritual» 398. Desde esta imagen tan propia de Francisco se entiende mejor que «a causa de la misma vocación, los hermanos son iguales. Por consi­ guiente, según la Regla, el Testamento y la primitiva costumbre de los capuchinos, llamémonos todos, sin distinción, hermanos» 3" . Explicando este nuevo talante y manera de entender la fraternidad, Rufino Grández afirmaba que: «Se habla de una terminología interna de la fraternidad, no del lenguaje que el pueblo puede usar» 40°. En la misma línea se sitúa Francisco cuando, en la Carta a un Ministro le dice que, el trato con los hermanos y la atención solícita por ellos le sirva más que vivir en un eremitorio (CtaM 8). 394 Const. 26,1- 395 W. H enn , «The New Ecclesiology and the Changed Understanding and Rela­ tionship Between the Lay Person and the Priest», en Analecta OFMCap 112 (1996) 661. 396 Const. 84,2. 397 T. R icci , El patrimonio espiritual de las Constituciones de los Hermanos Menores Capuchinos , Pamplona 1995, 89. 398 Const. 86,4. 399 Const. 84,3. 400 R. G rández , o . c ., 167.

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