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16 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ dental» l6, representa uno de los grandes cortes en la historia. El incremento demográfico marcó el nuevo siglo e influyó en el creci­ miento de las ciudades ya existentes. Fueron años de profundas transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales. Época de enfrentamientos entre los grandes sistemas y proyectos político- culturales: luchas entre el papado y el imperio, entre feudalismo y nueva burguesía, configuración de los futuros estados nacionales, la aparición de la escolástica con nuevas síntesis teológicas, que comienza a cobrar fuerza en las aulas universitarias, las cruzadas en un afán por recuperar los santos lugares. La estructura espiritual de la cristiandad experimenta profundas modificaciones: se pasa de las grandes explotaciones rurales a las grandes ciudades en expansión, desarrollándose un crecimiento demográfico considerable y, por lo mismo, se intensifica el comer­ cio. Se rompe el paralelismo entre la condición de las tierras y de las personas, dando paso a pequeños señoríos nacidos de nuevos núcleos de acción económica. Los antiguos contratos de vasallaje y juramentos son sustituidos por las cartas colectivas, en las que la autoridad queda purificada de su paternalismo y las funciones que­ dan separadas de las apropiaciones personales. El hombre, por lo mismo, se muestra libre frente a la dependencia personal del feuda­ lismo anterior. Se van conquistando las libertades básicas, cívicas y políticas que se ven protegidas desde la fuerza de la asociación, que sustituye los vínculos personales del dominio por un régimen en que todos adquieren conciencia de su participación en un bien común que unifica y que ha sido elegido por cada uno. En la vida de la Iglesia y, partiendo del ideal caballeresco, la sociedad se encuentra dividida en tres estratos claramente diferen­ ciados: «el sacerdotal que lleva la espada espiritual, el de los caba­ lleros que lleva la espada temporal y el monástico que emplea las armas de la oración» 17. Al mismo tiempo hay un fortísimo movi­ miento que vive en una actitud de búsqueda de nuevas formas que expresen, con mayor claridad, el encuentro del hombre y Dios. Las órdenes mendicantes serán las que mejor transparenten y respon- 16 R. M an selli , Vida de San Francisco de Asís , Oñati 1997, 12. 17 J. C . R. G arcía P ared es , Teología de las formas de vida cristiana . I. Petspec- tiva Histérico-teológica , Madrid 1996, 398.

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