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408 SATURNINO ARA Cualquier estudio o reflexión que se desee realizar sobre la vida consagrada y más concretamente en torno a sus Constituciones o normativa, ya sea general ya particular, deberá tener bien presente, en primer lugar, la rápida evolución cultural que nos afecta a todos. De forma particular, los siguientes dos puntos o aspectos, el de la experiencia histórica de estos últimos decenios y el del enorme pro greso de las ciencias antropológicas que invitan a esforzarse por responder a también dos preguntas: quién es el hombre o la mujer llamado a entender, asumir y vivir la vida consagrada y a cuál hom bre o mujer concreto se le ofrece hoy el concepto, imagen y mode lo de vida consagrada 25. Ese estudio o reflexión sobre la vida consagrada y su normati va deberá, además, tener presente la situación socio-económico- político-cultural de los hombres de hoy. La vida consagrada no puede ser vivida en las nubes; se ha desarrollado siempre en unos contextos culturales evolutivos que, en la situación actual, están dando origen en la Iglesia a dos experiencias nuevas de vida consa grada, la de quienes la viven en un mundo secular, aspecto sobre el que nos detendremos en su momento, y la producida por la teolo gía de la liberación, realidad vivida en los países denominados o clasificados, de un cierto modo impreciso, como Tercer Mundo 26. Entre los franciscanos todo estudio o reflexión en torno a la vida consagrada y más en particular de su normativa, deberá esfor zarse por superar ese binomio que, desafortunadamente, resulta aún demasiado atrayente e incluso tiene actualidad, la oposición que se pretende hacer creer que existe entre letra y espíritu 27. Se piensa, escribíamos ya van a hacer cinco años, que esta opo sición entre letra, norma, y espíritu «cuenta con fundamentación bíbli ca y que viene arrastrada del pasado. En el fondo el binomio es un algo masoquista y dualista, como, en su tónica general, lo es el hom bre de la Biblia, en contraste con el hombre actual o moderno»28. 25 Cf. S. A u br y , «Teologia della vita consacrata», en AA. W ., Vita consacrata un dono del Signore alla sua Chiesa, Leumann 1993, p. 134. 26 Véase ibidem, pp. 134-135. 27 Cf. S. A ra , «La Regia de santa Clara», en Verdad y Vida, 52 (1994) 123-145. 28 «Un binomio que, desafortunadamente, resulta aún demasiado atrayente e, incluso, tiene actualidad. Se piensa que cuenta con fundamentación bíblica y se dice
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