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424 SATURNINO ARA de los derechos humanos o del individuo, de la valoración de las cualidades y modos de ser de los particulares y de los grupos, de la potenciación de las iniciativas nacidas de la base y de la confe­ sión sincera de que el Espíritu Santo sopla donde quiere y cuando quiere, al margen, por encima y sirviéndose siempre de la persona humana y sus disposiciones. La doctrina que hoy sustenta la programación de la actividades apostólicas, llámense misioneras o de catequización, primera o segunda evangelización, siempre nueva por el ardor, métodos y expresión, es otra de las nuevas concepciones doctrinales que pueden afectar a la futura redacción de las Constituciones de los Hermanos Menores Capuchinos. Como añadido al concepto y realidad de la nueva evangeliza­ ción, cara a un mundo descristianizado, se podría señalar toda la concepción de nuestro mundo secular, entendido como sociedad del progreso que da al César lo que es del César, democrática, valo- rativa de la libertad, superada de los tabúes del sexo, lanzada por el camino del bienestar, «aldea global», solidaria, etc. Y aquí, en este contexto socio-cultural, cabe situar las expre­ siones o testimonio de unos votos, que en algunos momentos hemos escrito «secularizados», como el de la castidad, en cuyo cumplimien­ to no cree esa misma sociedad del hedonismo, el de la pobreza y el de la obediencia, éste difícilmente comprensible para el hombre y la mujer que se valoran desde las categorías de la autonomía no sólo frente al hombre, sino también frente a Dios. Nuevos acentos de la vida religiosa consagrada y capuchina, abierta al mundo occidental, así como al asiático y africano, en res­ peto a las peculiaridades de la globalidad en la singularidad de lo particular 4 y en respuesta a los requerimientos de un mundo con avances doctrinales y técnicos, filosóficos y religiosos, también antro­ pológicos y cosmológicos, todos los cuales y a su modo deberá reco­ ger la base doctrinal de las Constituciones de los Hermanos Menores Capuchinos a vivir en nuestra sociedad, parte de un mundo, incluso cosmos, que advertimos en compromiso de secularidad 45. 44 Véase L. C oscia , «Nuevos acentos de la vida religiosa en América Latina», en Cuadernos franciscanos, 29 (1995) enero marzo, n. 109. 45 Cf. Azcona, o . c ., p. :7ss.

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