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FUTURO DOCTRINAL Y NORMATIVO DE LAS CONSTITUCIONES.. 421 Sigue escribiendo Laín Entralgo y diciendo algo para nosotros conocido. Con todo, no me resisto a transcribir su pensamiento escrito, pero de forma un tanto abreviada. Efectivamente, en la Edad Media y cuando va constituyéndose el régimen feudal, la estimación del trabajo decae de modo notorio. El señor feudal manda, guerrea y se divierte; para ello es educado. El trabajo que requiere la coti diana sustentación de ese régimen —cultivo de la tierra, ganadería , artesanías diversas— es relegado a los siervos. Sólo en el siglo xin —ordinatio del mundo creado, estatuto de la razón natural del hom bre, organización gremial de los oficios en los nacientes burgos de los países europeos— comenzará a instaurarse en la vida civil una creciente conciliación entre el hombre y la naturaleza. El «Cántico al hermano Sol» de san Francisco...40. Esta novedad se hace bien común de la sociedad europea cuan do con el Renacimiento la cultura medieval entra en crisis y empie za a constituirse la cultura moderna. Desde un punto de vista estric tamente cristiano, a juicio de Laín Entralgo, aparece como modelo de esta contemplación de la naturaleza Ignacio de Loyola, el primer santo moderno a quien entronca, en este particular, con el seculari zado Kant, atribuyéndole la tarea de reconciliación entre el cristia nismo y el mundo41. El trabajo ha perdido para el hombre moderno el carácter puni tivo y se ha constituido en una actividad humana, altamente tecnifi- cada que, no obstante esta misma tecnificación, no se opone y hace posible un entendimiento del grupo, constituido en fraternidad y en actividad cotidiana particular, en base a la entrega a la diversidad de ocupaciones. En un ambiente de trabajo, exigido por un cristianismo que busca realizar su misión liberadora y salvadora de la humanidad, cabe el concepto de sobriedad, pero «no en quienes por su pobreza se ven forzados a ser sobrios, que esto es necesidad y no virtud, sino en los privilegiados, no tan pocos, que en la sociedad occiden tal viven habitualmente en el dispendio y la ostentación»42. 40 Ibidem. 41 Ibidem. 42 L aín E n t r a l g o , o . c ., pp. 78-79, donde se escribe también: «La ascética cris tiana más tradicional ha inventado la expresión “espíritu de pobreza” para designar
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