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FUTURO DOCTRINAL Y NORMATIVO DE LAS CONSTITUCIONES... 419 Y cambio también en las prácticas penitenciales, abandonando, tal vez, los días de ayuno y abstinencia, abrazando otras privaciones, desde luego los esfuerzos que supone el encuentro diario con el empeño de la superación de las propias limitaciones, de la valora ción de los otros, de los compromisos solidarios o caridad con los necesitados, de la eliminación de un egoísmo corto que no permite gozar de las riquezas o valores que nos ofrecen las personas que constituyen el encuentro cotidiano, casual y tristemente, por causa de esa particular visión egoísta e individualista y de otras circuns tancias que suelen suponer, a su vez, sacrificio y una penitencia no agradable a Dios ni tampoco a los hombres. LAS RELACIONES INTERPERSONALES Sobre este tema de la relaciones interpersonales, expresión que igualo a la de fraternidad, se escribe mucho y con una sensibilidad que no sólo ofrece el humanismo postmoderno, sino que lo hace desde una acertada captación de las exquisiteces del programa cris tiano de amor a Dios y en Dios a los hombres, hijos del mismo Padre y nuestros semejantes, todos hechos a imagen de la Trinidad. La normativa eclesiástica, también las Constituciones de los Capu chinos, cara a un presente que está configurando un futuro, deberán recoger y plasmar, en acertadas exigencias, los avances que la sociolo gía y la antropología nos vienen recordando, ante todo las peculiarida des que comporta el encuentro de los seguidores que desean vivir en torno a Cristo, como los doce, constituyéndose en grupo 38. 38 Hablando del individualismo religioso, se ha escrito bien recientemente: «No es que todo eso sea negativo para la religiosidad, sino que cambia profunda mente la postura religiosa: surge una cierta desconfianza hacia los líderes religiosos oficiales, pero también una preocupada búsqueda personal e íntima para dar signifi cado espiritual a la propia vida. También los antiguos místicos y anacoretas optaron por un tipo de religiosidad subjetiva y personal, que abandonaba los moldes tradi cionales y entraba en conflicto con lo oficial. Pero mientras que los místicos y ana coretas surgen en la historia de la Iglesia como movimientos de reacción y protesta esencialmente religiosos, el individualismo moderno se expresa como un fenómeno de naturaleza laica: el hombre en el centro, quizá como Dios, determina todo. Esto puede comprometer las bases de toda religión organizada». F. A zcona , Seguidores de Jesús en el umbral del 2000. Diagnóstico del catolicismo español, Madrid 1997, p. 37.
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