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416 SATURNINO ARA la doctrina que pueden afectar al futuro de las Constituciones capu­ chinas, trataremos de exponer los valores y notas que son propios de ese modo de pensar y de ser que hemos denominado sociedad secular, mundo en el que el capuchino debe vivir su carisma o pro­ pia identidad, y no en clima de cristiandad, sino de Iluminismo, de Ilustración, de Modernidad y Postmodernidad 35. E l a p a rtam ie n to d e l m undo Es una nota que, desde la interpretación literal dada ya por el primer cristianismo, aparece como la causa y origen de la huida, que se plasma más tarde en el fenómeno y realidad de los monjes del desierto, seguidamente en la vida monástica, luego en la con­ ventual y, posteriormente, aunque menos, en la vida común de los institutos religiosos de vida apostólica o activa. La vida consagrada no cabe duda que supone y conlleva un cierto apartamiento o huida del mundo y que es esta característica una nota peculiar de los orígenes del carisma o identidad, patrimo­ nio espiritual de los franciscano-capuchinos. El mundo, en cuanto creatura irracional, aparece y es visto hoy como un don creado y entregado por el Dios Creador del Universo, al que hay que cuidar y defender frente a los abusos del hombre. Sorprende la actitud de Francisco de Asís, que llama e invoca, bendice y exalta como her­ manos al sol, a la luna, al agua, al lobo y desde luego al hombre. Este mismo mundo, en su versión de conjunto de seres racionales, los hombres, se presenta como objeto del servicio de caridad. Así se clasifica y señala en el documento Vita consecrata el objetivo o misión de la vida religiosa. El servicio al hombre es un valor un tanto peculiar del franciscano-capuchino. Cristo, que condena al «mundo», vino a este mundo y acampó entre los hombres, viviendo las realidades sociales con la peculiares características de su tiempo. El capuchino, llamado para vivir en el 35 Véase G. V a ttim o , El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura postmoderna, Barcelona 1997, en particular pp. 91-94. La secularidad reli­ giosa puede suponer una vuelta al paganismo y una amalgama de creencias religio­ sas y seculares.

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