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IJTRUM OMNIS ACTÍO INFIDELIS SIT PECCATUM.. 391 hombre es incapaz con sus fuerzas de obrar bien alguno no signi­ fica sostener como consecuencia también que carece del libre albe­ drío. No ha de olvidarse, a este respecto, la gracia de Dios, la cual se halla dispuesta siempre para el hombre, pudiendo por ella acep­ tar o refutar. Podrá, en consecuencia, obrar bien y mal. El hombre en gracia cuenta con los requisitos que bastan para poder hablar con toda razón de libre albedrío 90. Los padres conciliares conde­ naron la doctrina del alemán. ¿Qué hicieron con la del italiano? El canon de Trento, que parece acercarse más a la sentencia de Gre­ gorio, es el que habla de incursión en el anatema cuando alguno dijere que las obras que se hacen antes de la justificación, por cual­ quier razón que se hagan, son verdaderos pecados o que merecen el odio de Dios; o que cuando con mayor vehemencia se esfuer­ za el hombre en prepararse para la gracia, tanto más gravemente peca 91. Pero resulta que en ese canon, no se define que las obras todas hechas antes de la gracia justificante sean buenas ni que sean malas. Se afirma simplemente que los hombres pueden obrar bien a veces antes de la gracia justificante. Así ocurre cuando los hom­ bres se mueven antes de la llegada del auxilio divino gradualmen­ te a la consecución de la justicia concibiendo el temor, doliéndose de los pecados con cierto dolor imperfecto llamado atrición, y removiendo su ánimo más y más de la iniquidad con otras buenas obras 92. Las condenaciones del concilio de Trento no tocan, en modo alguno, la opinión de Gregorio de Rímini ni la de san Agus­ tín. Ciertamente, éstos dicen que el hombre es incapaz de obrar bien sin especial auxilio; pero no niegan que tal auxilio se otor­ gue a menudo a los pecadores y a los infieles. Afirman, incluso, que tales obras con las que el hombre se dispone, a veces, a la consecución de la justicia: casos concretos de la atrición y del miedo, son buenas y proceden desde el auxilio divino 93. Queda por aclarar una pregunta todavía ¿Es verdad que la opi­ nión de Gregorio de Rímini es idéntica a la de san Agustín? Vega, Soto y el Decano de Lovaina lo niegan de plano. Entienden que cuando el de Hipona dice que los hombres no pueden obrar bien 90 Cf. nota 75. 91 Cf. nota 77. 92 Cf. nota 78. 93 Cf. nota 79.

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