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376 IGNACIO JERICÓ BERMEJO pudiera el hombre hacer alguna obra por sí solo a la que siguiera infaliblemente de modo mediato o inmediato la gracia, el principio de la salud estaría situado en los hombres. La gracia no sería ya gra­ cia, al no concederse la misma gratuitamente. Esto es algo que cons­ tituye falsedad y error. Así se desprende de las frases de la carta a los Romanos (11, 15), de la carta primera a los Corintios (4, 7) y del libro de Oseas (13, 9) 57. Además, desde el momento en que empieza a aspirar a la justicia hasta que la alcanza, el hombre se mueve sobrenaturalmente. Dicho movimiento debe encontrar su ori­ gen en cierto agente sobrenatural: el auxilio especial de Dios. Su término será la remisión del pecado y la obtención de la justicia. Se trata de dos realidades sobrenaturales. Así será entonces también el movimiento 58. Todavía es posible probar la tercera conclusión desde el ejem­ plo de Adán, el primer testigo de la naturaleza humana e imagen primera de las costumbres humanas. Desde su comportamiento es posible saber lo que debe y no puede hacer el hombre. El capítulo tercero del libro del Génesis cuenta cómo nada hizo o pensó Adán sobre cómo reparar el pecado y la pérdida de la justicia, diciéndose en concreto (Gén 3, 7) que, viendo que estaban desnudos, Adán y Eva cosieron hojas de higuera y se hicieron cinturones. Esta acción hace referencia a la protección de la vida presente y a la defensa de las injurias del cielo. Comenzó Adán a pensar convenientemente sobre la salvación del alma cuando oyó la voz de Dios que deam­ bulaba en el Paraíso. Fue entonces cuando se escondieron él y su mujer (Gén 3, 8). Más adelante (Gén 3, 10) es cuando Adán dice ante Dios que tuvo miedo al oír su voz. Lo primero que ocurrió, al resonar la voz divina en sus oídos, fue comenzar a temer y a llenar- 57 «Item ratione sic argumentor. Si homo ex se posset efficere aliquod opus, ad quod medíate vel immediate infallibiliter sequeretur gratia, iam initium salutis esset ex nobis, atque ex consequenti gratia non esset gratia, quia non gratis concederetur: quae omnia sunt falsa atque errónea, iuxta illud Pauli ad Roma 11. Quis prior dedit ei, et retribueretur illi? Et 1. ad Corint. c. 4. Quid habes, quod non accepisti: et Oseae. 13. Perditio tua ex te Israel, tantummodo in me auxilium tuum, eigo». 268b. 58 «Praeterea sic argumentor. Omnis motus, ex quo homo incipit ad iustitiam aspirare quoadusque illam consequatur, est supernaturalis, ergo debet habere ortum ab agente aliquo supernaturali, quod est auxilium speciale Dei. Consequentia est nota et antecedens probatur: quia terminus illius motus, scilicet, peccati remissio, et iustitiae consequutio, sunt res supernaturales, ergo et ipse motus». 268b-269a.

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