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370 IGNACIO JERICÓ BERMEJO pecado. Si no es de tal excelencia por carecer de la cualidad sobre­ natural necesaria para el mérito, no puede ser meritorio. Así lo ense­ ña Domingo de Soto 46. Los pecadores, sean infieles o no lo sean, ¿son capaces de realizar obra moral buena alguna sin la gracia de Dios?. Al res­ pecto es célebre la opinión de Gregorio de Rímini y de Juan Capréolo, entendiendo que el hombre, fiel o infiel, es incapaz de llevar a cabo obra moral alguna sin una gracia especial por parte de Dios. Es la opinión mantenida contra Martín Lutero por el Rofense (John Fisher). Éste dice, además, que se corresponde la misma con la de los santos padres. Al parecer, la admite también Alfonso de Castro. A favor de ella hablarían los siguientes argu­ mentos. En primer lugar, ninguna obra puede ser moralmente buena si no se refiere a Dios; pero nada puede referirse a Dios como último fin si no media previamente el auxilio especial. Ésto lo afirma en concreto san Agustín cuando dice que el amor de Dios no puede darse en los hombres más que desde el Padre por el Señor Jesucristo. Ningún hombre puede entonces obrar moral­ mente bien si no cuenta con la gracia de Dios. La obra moral sólo puede ser buena si se hace con el fin debido, que es Dios solo. Lo afirma de nuevo san Agustín, diciendo que todo lo que no es de la fe es pecado. Es entonces pecado todo lo que no se hace con alma fiel y por Dios. La obra moral será buena únicamente si está referida a Dios 47. En segundo lugar, se argumenta que, si el hombre pudiese obrar sin la gracia de Dios, podría prepararse 46 «Pro intelligentia primae conclusionis D. Tho. est supponendum ex communi Theologorum sententia, quod est consentaneum rectae rationi, id est, quod habet obiectum bonum, et finem rectum, et praeterea omnes alias circunstantias, quae sunt necessariae ad operis honestatem. Bonum autem meritorium est, quod praeter haec est tanti valoris, propter suam excellentiam, et quia est informatum charitate, quod est dignum vitae aeternae. Itaque bonom morale est medium inter peccatum et meritum. Nam cum bonum morale in nullo deficiat a recta ratione, peccatum esse non potest, et cum careat illa excellentia, et qualitate supernaturali, quae est necessaria ad meri­ tum, non potest esse meritorium, vt docet Soto lib. 1. de natura et gratia cap. 21». 267a. 47 «Hoc supposito circa illam primam conclusionem est grauis difficultas, vtrum infidelis, siue quicumque alius homo in peccato existens possit effìcere aliquod opus bonum morale, sine gratia Dei. De qua re est Celebris opinio Gregorij Arimi, in 2. dist. 28. q. 1. et Capreoli in 2. eadem d., q. 1. asserentium, quod homo fidelis, siue infidelis, nullum opus bonum, morale effìcere potest sine gratia Dei speciali. Quam

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