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C ap ítu lo VII LA DOCTRINA DEL PECADO ORIGINAL ANTE LA REFLEXIÓN TEOLÓGICA Después de más de cincuenta años de discusiones en torno al tema del PO me parece correcta e importante esta constatación: los defensores del PO no pueden arroparse bajo el dosel sagrado de autoridades indiscutibles y, hasta cierto punto divinales, de la Escri­ tura y de la Tradición. La discusión hay que proseguirla y dilucidarla a nivel de un modesto teologúmeno, con llaneza y sin encumbra­ miento. Ya hemos advertido de la desmesura intelectual y volitiva que supone el solemnizar, canonizar, ‘dogmatizar’ la teoría del PO. Los conservadores del PO y los negadores de esta creencia debemos discutir sobre legitimidad o no de una «conclusión teológica»: sobre si del dogma de la Redención se deduce o no se deduce la existencia del PO en el recién nacido. O más bien hay que pensar en su situa­ ción teologal de Gracia inicial en virtud de la Cruz de Cristo. Nos encontramos —los teólogos católicos al iniciarse el siglo xxi— ante una de las muchas cuestiones disputadas de las que está entretejida nuestra secular historia y nuestro quehacer como teólogos. Pasamos, pues, a examinar los razonamientos teológicos que los teólogos de nuestros días proponen a favor de su teoría el PO. Razonamientos que, como saben los conocedores de san Agustín, el doctor del PO desarrolló con insistencia, firmeza y singladuras lógi­ cas no superadas por sus hodiernos continuadores51. Son dos los tipos básicos de argumentación aducidos: — argumento de base experimental/experiencial, fenomenolo­ g í a : la afirmación del PO sería indispensable para explicar el hecho 51 Los caminos recorridos por la ‘razón teológica’ a favor de la teoría del PO en estos últimos decenios lo hemos seguido en nuestra obra, El pecado otiginal. Veinti­ cinco años de controversia, espec. 19-21, 139-142, 151, 323-328, 515-532, 541-550, con bibliografía. Los neoescolásticos de este período razonaban a favor del PO: a) desde la redención de Cristo; b) desde el dogma de la Inmaculada; c) desde la praxis bautis­ mal; d) desde la teología del Adán paradisíaco. Por ej., J. F. S agües , De Deo creante et elevante, en: Sacrae Theologiae Summa, Madrid, BAC, 1955, II, n. 931.

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