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CRISTIANISMO SIN PECADO ORIGINAL 99 ca de Dios y en otros campos de la teología cristiana, nunca vio forma de defender la eficacia de la Cruz de Cristo, también para el el recién nacido, sino se afirmaba en él el PO. El concilio de Tren- to, en su enseñanza sobre la justificación y el bautismo y la reden­ ción se mueve dentro del marco de ideas agustinianas. En ellas apoya su decreto /precep to sobre el PO. Pero, a ) el camino elegido por Agustín/Trento para defender la Cruz de Cristo no es el ni el mejor ni menos el único; b) Un precep to doctrinal, por definición, está interna y sustancialmente ligado a la «circunstancia vital» en que se produjo. Cambiada ésta en forma sustancial, segura e irreversi­ ble, el p recep to sobre el PO pierde vigencia. La pierde, indudable­ mente, cuando la afirmación docente primordial del precepto tri- dentino: reafirmar la u n iv ersa lid ad y n e c es id a d ab so lu ta s d e la a cción redentora d e Cristo, no sólo no se desvirtúa, sino que recu­ pera todo su vigor la Gracia in icial en todo hombre, según lo expli­ cado. Y la consiguiente ausencia de todo ‘pecado’, incluso aquél difuso, misterioso pecado al que se califica de ‘original’.

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