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CRISTIANISMO SIN PECADO ORIGINAL 65 ver a los oyentes la imposibilidad total en que se encuentran libe­ rarse de tal situación pecadora; c) en Cristo ha puesto Dios la salva­ ción para todos los hombres. Profundizando en la virtualidad de estas verdades fundantes de su fe, el pensar y el sentir de los cre­ yentes dedujo la conclusión de que todo hombre entra en la vida ‘manchado’ con el PO. La teología crítica, atenta a la problemática y a la sensibilidad religiosa de los cristianos de nuestro tiempo, se ve precisada a reiterar la conocida pregunta de doble filo: 1) para mantener en toda su ortodoxia y ortopraxis el dogma básico de la redención obrada por Cristo ¿es necesario decir que en todo hombre nace en PO, como si de otra manera no pudiera ser beneficiario de esa redención?; 2) para mantener la radical impoten­ cia soteriológica del hombre ¿es necesario decir que en todo hombre nace en PO, como si de otra manera no pudiese quedar clara aque­ lla innegable incapacidad salvífica? Aquí se centra, en la actualidad, la discusión teológica en torno al PO. Nuestra propuesta de un Cris­ tianismo sin PO no sólo salvaguarda sino que mejora la explicación teológica que de aquellos dogmas troncales venían ofreciendo los mantenedores de la teoría del PO y toda la Iglesia universal. es una de las perícopas más enrevesadas, en fondo y forma, de toda la Biblia. Sobre el evangelio de Lucas tenemos este testimonio de F. B o vo n : «Su antropología optimista (¿podríamos decir su humanismo?) le impide hacer suya la concepción de la voluntad humana esclava del pecado, tal como la expone Pablo en la Carta a los romanos». El Evangelio según Lucas, I, 43-44, Salamanca, Sígueme, 1995.

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