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CRISTIANISMO SIN PECADO ORIGINAL 47 ñanza de los teólogos actuales sobre el PO es imposible reducirla a un común denominador, optamos por proponer como punto de referencia para el diálogo el concepto o fic ia l y o fic ia liz a d o sobre el PO. Este concepto o ficia l viene expresado en los textos del Tri- dentino sobre el PO y en nuevo Catecismo d e la Iglesia C atólica, de reciente aparición27. Ambos textos ofrecen la ventaja añadida de ser muy accesibles. De ellos, puede extraer el concepto de PO que aquí tenemos a la vista. Cuando se dice que todo hombre nace en pecado original, el contenido de esta fórmula podría describirse así: Todo hombre , a l entrar en la existencia, antes d e cualqu ier deci­ sión d e su voluntad personal, se encuentra-ya en situación teologal d e p e c a d o an te Dios, com o con secu en cia d el p e c a d o com etido p o r los progen itores del g én ero hum ano. Este pecado es propio de cada individuo humano, real y formalmente pecado, aunque en sentido analógico. Implica que cada hombre nace en muerte espiritual, bajo la ira de Dios, en muerte del alma, bajo la esclavitud de Satanás. Las trágicas consecuencias de este pecado están germinalmente presentes al nacer, pero se manifiestan plenamente en la edad adulta; afectan a la dimensión corporal y espiritual, individual y social de cada indi­ viduo humano, cualifican siniestramente la historia religiosa e incluso civil de una humanidad caída, le impiden la consecución de su desti­ no verdadero y eterno para el cual Dios puso en la existencia al hom­ bre, cf. DS 1511 - 1515 . Otros podrán hacer una descripción diferente de lo que es eso del PO; o preguntar, sin descanso, por la siempre buscada y siempre evanescente esencia del PO, aquel con que todos nacemos, hereda­ do de nuestros primeros padres, dice sibilino, el catecismo popular de Astete. En este PO piensa la gente cristiana, a este protegen con su sombra los textos oficiales y los teólogos que conservan su memo­ ria. En realidad, nosotros no necesitamos mayores precisiones. Por­ que nuestra opción por la «Gracia original» excluye en el nasciturus el tema PO en su historia y en la actualidad. J. Bur, El pecado original. El pensamiento de la Iglesia, Valencia, Edicep, 1990. 27 Catecismo de la Iglesia Católica , Madrid 1982, 386-524, expresamente. Ver en el índice «pecado original». El Catecismo reproduce la ‘opinión común’ entre los teólogos escolásticos por los años cincuenta. Sólo levemente refleja los últimos avances de la exégesis y de la teología sistemática sobre el tema del PO. Postura, por lo demás, normal en un Catecismo destinado a las grandes y estáticas masas de creyentes, a nivel popular.

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