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44 ALEJANDRO DE VILLALMONTE 5. LA ÚLTIMA DE LAS RESPUESTAS POR NOSOTROS PREVISTA En forma sintética, que hemos de explicar, podríamos enunciar la propuesta con estas palabras: Todo hombre, al entrar en la exis­ tencia, se encuentra en situación teologal de Gracia y amistad de Dios, incorporado ya a Cristo, Sacramento universal de salvación: én estado «gracia original »'. Podemos, por ende, dejar abierta la posibilidad de llegar a hablar de un Cristianismo sin pecado original, ni en niños, ni en adultos. Dentro del contexto en que venimos hablando es fácil compren­ der que, al realizar esta opción, no queremos protegerla con certi­ dumbres absolutas, con seguridades dogmáticas. Se trata de ofrecer una conclusión teológica, que se desprende con fluidez del concep­ to católico de Dios, de Cristo Salvador, del hombre imagen de Dios. Evitamos la descalificación inmisericorde con la que, a toda la raza humana, se le proclama raza pecadora y corrupta desde el primer instante de su ser. Seguro que es más evangélico anunciarle a todo hombre la Enhorabuena de que han nacido en Gracia, en vez de la tradicional Enhoramala de que ha sido concebido en pecado. Sin saber «por qué ley, justicia o razón», como diría el poeta. Estamos, pues, convocados al estudio detenido de estas dos últimas propuestas. Nuestra postura respecto a la opinión común (tradicional) es radicalmente crítica, negadora: tanto respecto al con­ tenido de la misma, como respecto al dogmatismo con que viene siendo propuesta. Pero nuestra opción por la «Gracia original» con­ cedida por Dios a todo hombre, es constructiva. No dejamos al recién nacido en un vacío espiritual-teológico, pendiente entre el cielo y la tierra. Ni un equívoco ‘sí-es no-es’ agraciado de Dios. Es-ya, en nuestra opinión, desde el primer instante de su ser, hijo de Dios en el Hijo, Jesucristo.

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