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330 ALEJANDRO DE VILLALMONTE hombre como ser dividido y desgarrado en sí mismo como punto de partida para hablar del pecado originante y originado. Ya hici­ mos ver la ineficacia probativa de tal argumentación. Esta argumen­ tación se suele desarrollar y tiene interna relación con el argumento soteriológico que acabamos de ver. Porque la necesidad absoluta y universal de la gracia de Cristo no puede proclamarse en forma inte­ ligible si, con igual firmeza, no se proclama esta verdad correlativa: la impotencia soteriológica del hombre para lograr su salvación. También aquí tenemos que remitirnos a la exposición y crítica reali­ zada en páginas anteriores 205. Me permito, pues, reafirmar que el misterio del hombre lejos de ser esclarecido mediante el ‘misterio’ del PO, éste proyecta sobre aquél una densa nube de oscuridad nueva e injustificada. 2. ARGUMENTO TEOLÓGICO: DESDE EL MISTERIO DE DIOS AL ‘MISTERIO’ DEL PECADO ORIGINAL También este motivo del PO lo hemos encontrado y valorado con anterioridad. Pero tal vez convenga insistir en algún aspecto, nuevo del problema. En la teología de san Agustín, quizás sea este argumento el que se encuentra en la génesis de sus ideas sobre el PO. En las cuestiones a Simpliciano intenta ‘justificar’ la conducta de Dios que condena a la inmensa mayoría de los hombres y elige para la gloria sólo a unos pocos. Tal drástica y temible selección se justifica por Agustín en esta sencilla frase: ante el hecho de que por el PO el género humano se ha tornado «masa de pecado-masa corrompida», si Dios a unos pocos los selecciona para la vida, obra es de su misericordia; si condena a la inmensa mayoría, merecido lo tienen por efecto del PO. La defensa de Dios en el tortuoso asunto del PO se realiza tam­ bién desde otra perspectiva, en conexión con el argumento ex miseria 205 La relación del tema PO con el misterio del hombre lo hemos tratado desde sus diversos ángulos: impotencia soteriológica del hombre y PO, cap. X; la dignidad del hombre-imagen de Dios y el PO, 179-183; la relación ‘miseria humana y PO’, 74-76, 101-109, 330-334.

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