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CRISTIANISMO SIN PECADO ORIGINAL 323 sentido de ser una escisión, una división = Etnzweiung en el ser hu­ mano. Pero brota como un mal vencido y, en realidad, es un bien para el proceso de maduración del hombre como sujeto libre y cons­ ciente, con dominio activo sobre sí mismo. La última perfección del sujeto se logra en la reconciliación de naturaleza y espíritu, libertad y necesidad. Pero no hay reconciliación = Versöhnung si no ha ido precedida por la escisión/división. Y si ésta ha sido asumida positi­ vamente en el hecho de la reconciliación. Aquí se recupera, subli­ mada, la unidad originaria. Hegel ofrece una interpretación del todo secularizada, humanista y filosófica del mito genesíaco y similares. No es una verdad venida del cielo. Brota del propio espíritu huma­ no que busca tomar conciencia plena de lo que él es. Baste recor­ dar aquí que Hegel tiene una visión dinámica, evolutiva, procesual de la naturaleza, del hombre, del Absoluto mismo. El estado de ino­ cencia, propuesto por el mito, implica la unidad del hombre, su indi- ferenciación respecto a la naturaleza y al Absoluto. El hombre, como ser en devenir, en proceso de emergencia hacia su realización aca­ bada, llega un momento en el que logra tomar conciencia de sí, de su mismidad como sujeto libre y consciente. Así lo observamos en tránsito de la infancia/inocencia a la adultez. Éste es un logro que no se obtiene sino mediante una escisión, una división una ruptura de la unidad inocente y originaria con la naturaleza y con el Abso­ luto, en los que el sujeto vivía inmerso y como absorbido. Esta esci­ sión originaria es necesaria en sí y debe ser asumida por el hombre en forma libre y consciente, con la dimensión de negatividad que ella comporta. Pero, al asumir esta negatividad, la convierte (por sobreelevaci on !Aufhebung) en fuerza impulsora y creadora de una unidad mejor lograda en la reconciliación = Versöhnung. Ulterior tarea sería la de comparar la versión filosófica que Hegel hace del tema del PO, con la versión religiosa-teologica que del mismo tema hace la ortodoxia (luterana e incluso católica). Tarea complicada para los estudiosos de Hegel, como los que nosotros hemos men­ cionado. La dejamos ahí. Importa tan sólo insistir en la indudable influencia que la versión filosófica hegeliana sobre el PO ha tenido en el mundo cultural en que brotó y al que contribuye a mantener. Termino refiriéndome a algunas ideas teológicas que están en el trasfondo de cristiano Hegel y que, a nivel de presupuestos indis- cutidos, alimentan subterráneamente sus reflexiones de alta fenome­ nología del espíritu (y del Espíritu). El punto central de referencia

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