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30 ALEJANDRO DE VILLALMONTE iniciarse, continuarse y concluirse desde la realidad y operatividad de Cristo Salvador. Este alto punto de mira es adoptado por S. Pablo cuando quiere expresar su conocimiento más profundo de los acon­ tecimientos ocurrentes en la actual, concreta, única economía e his­ toria de salvación. También el Vaticano II acude a estos textos pau­ linos cuando quiere que nos fijemos en la profundidad última de los diversos acontecimientos de la historia de salvación 17. Si en algún momento de ella fuere necesario llegar a hablar del PO en el recién nacido, que se haga según la medida de Cristo. No, directa­ mente, para refutar herejes de signo maniqueo o pelagiano. O bien poner freno al orgullo prometeico y autosuficiente de cualesquiera humanismo moderno. 3. VOLUNTAD SALVÌFICA UNIVERSAL DE DIOS Y PECADO ORIGINAL Proseguimos y reforzamos la misma idea desde otra perspectiva, ahora más directa y explícitamente teocéntrica. El recuerdo de este dogma nuclear de nuestro Cristianismo lo creo justificado desde un doble punto de vista: histórico y sistemático. Este dogma constituye el fundamento de nuestra argumentación ‘sistemática’ a favor de la Gracia inicial en todo hombre al entrar en la existencia 18. Desde el punto de msta histórico convendrá recordar esto: una de las razones decisivas (no la única) que llevó a san Agustín a recurrir a la teoría del PO, ya antes de la controversia pelagiana, fue la idea angosta y restringida que tenía sobre la voluntad salvifica de Dios, en la actual economía/historia de salvación. Para salvaguardar la alta idea que sobre la gratuidad absoluta de la Gracia él tenía, creyó indispensable afirmar que, en esta actual economía de gracia en que el hombre his­ tórico está inmerso, la elección divina para la vida eterna se concede 17 Textos de san Pablo en Ef 1, 3-23; Rm 8, 28-30; 1 Cor 2, 7; Col 1, 15-19. Textos que asume el Vaticano II, vgr., LG, 2-3; DV, 2; Ad Gentes, 2-5. 18 Con anterioridad y mayor amplitud hemos tratado el tema de este apartado. Ver A. d e V illalm o nte , ¿Pecado original o santidad originaria?, en EF 82 (1981) 269- 318; espec. 277-287; Id., Voluntad salvifica universal y pecado original, en EF 92 (1991) 1-24. En estos estudios se encontrará documentación que aquí no es preciso reproducir.

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