PS_NyG_1999v046n001p0007_0353
CRISTIANISMO SIN PECADO ORIGINAL 239 matrimonio se propagaba la corrupción y la ruina eterna de tantos seres humanos. Si bien varias de estas sectas, como cuenta san Agus tín, en sus reuniones secretas, daban suelta a los excesos sexuales más abominables, evitando rigurosamente la procreación. No deja de ser una proeza teológica el que Agustín, y con él la Comunidad católica, lograsen un camino menos tortuoso, sin perder sus convic ciones básicas sobre el PO y sus consecuencias. Los moralistas católicos, desde hace decenios, han aligerado a la teología y a la pastoral matrimonial de estas seculares hipotecas. Pero no conviene olvidar del todo con qué sospechosas compañías ha hecho su camino por la historia la teoría del PO. C ) La VIRGINIDAD, LA CONTINENCIA = ENKRATEIA Y EL PECADO ORIGINAL Cierto es que los cristianos de los primeros siglos proclama ban la excelencia de la continencia (enkrateia) y de la virginidad por motivos varios y elevados: motivo cristológico, seguimiento de Cristo; motivo eclesiológico, servicio a la Comunidad; motivo escatológico, anticipo de la vida angélica. Pero también se aducía una frecuente y fuerte motivación protológica: restaurar la con dición de vida perdida por el pecado de Adán. Hemos hecho men ción del Adán paradisíaco, presentado como varón perfecto (ser humano integral), contemplativo solitario (monajós- monje). Y dado que el monje es el ideal del cristiano acabado/perfecto, es nor mal que la vida cristiana, en general, se ofreciese como un retorno al paraíso, como ya mencionamos. Al menos por lo que a los con tenidos espirituales se refiere. La práctica de la continencia/virgini dad perfecta era un intento heroico y utópico de anular los efectos del PO. Se atacaba al mal en lo que se creía había sido su raíz: en el ejercicio indebido de la sexualidad. No es el momento de analizar estas opiniones. Pensaban tener el apoyo en ciertas palabras de Jesús en Mt 22, 30, o en san Pablo en 1 Cor 7, 1-11. En realidad, desde el subconsciente colectivo operaba la opinión de ciertos «metafísicos» helénicos que miraban con recelo la actividad generativa. En parte, porque se realiza inevitablemente bajo el dominio de la pasión y no del espíritu (estoicos). Y porque, por la generación entra el noble espíritu humano en un proceso de nacimientos y de corrupción que impide su pleno desarrollo, le priva de la inmortalidad.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz