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CRISTIANISMO SIN PECADO ORIGINAL 29 tece hay que mirarlo, en última instancia, desde este alto punto de mira. Él es la clave hermenéutica para leer los eventos todos, de gracia o de perdición, que al hombre le ocurren en la actual y única economía que Cristo preside y cualifica. Es oportuno recordar y utilizar aquí la doctrina que juzgamos más adecuada y completa sobre el primado de Cristo en el designio divino que preside la actual economía e historia de salvación. Es ella un comentario teológico-especulativo a los textos neotestamen- tarios sobre Cristo a quien el Padre dio el primado en todo, Col 1, 18; Ef 1, 3-14. Porque Dios es Amor infinitamente liberal (= Agape) quiere que Alguien distinto de Sí, Cristo, le ame con el máximo amor posible (= vult diligi ad Alio summe). Quiere, después, que otros le amen al lado de Cristo (= imlt habere alios condiligentes): quiere multitud de hombres para la corte celestial. Luego, quiere todo el mundo de los seres para el bien del hombre, gloria de Cristo, de la Trinidad. Por eso, en el orden de la ejecución, Dios llama al universo material, al hombre del no-ser al ser en Cristo, cf. Gn 1-2. Llama/crea al pueblo de Israel; entra en la historia el Hijo de Dios; es creada la Iglesia. Las diversas alternancias de acontecimientos de gracia y de perdición, de pecado y de perdón ocurridos a la comunidad humana y a cada hom­ bre, hay que contemplarlos desde esta perspectiva decididamente cris- tocéntrica. Advirtiendo que Cristo y su gracia son genética y cualitati­ vamente primero que el pecado y que la des-gracia. Los cuales advienen y sobrevienen con posterioridad —incluso cronológica/his­ tórica— a la gracia inicial recibida en Cristo l6. Si este enfoque cristocéntrico y «caritológico» lo proseguimos en forma consecuente, hay que decir que la reflexión del teólogo sobre la situación teologal del recién llegado a la existencia ha de espiritualidad, inmortalidad, de voluntad capaz de amor libre y generoso de caridad; capaz de responder a Dios, de co-operar con Él. Ver Breviloquium, II, c. 9, nn.. 2-8; ed. Quaracchi V, 226s. 16 Puede ampliarse esta idea en A. d e V illa lm o n te , el ‘Mysterium Christi’ del Vaticano II en perspectiva escotista, en NG 23 (1986) 215-268. Allí se recogen y comentan los textos de Duns Escoto al respecto, así como los de otros comentaris­ tas. Todos los grandes acontecimientos de la historia de salvación son puestos en relación con Cristo, que tiene la prioridad en todo. Incluso cuando se quiera hablar del PO, 264-267.

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