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CRISTIANISMO SIN PECADO ORIGINAL 215 A tenor de lo que acabo de exponer, apenas será necesario insistir en nuestra postura respecto a la designación de «analógico» con que los hodiernos mantenedores del PO lo siguen calificando. La situación teologal del recién entrado en la existencia, si es que de ella podemos decir algo seguro, nunca podrá ser calificada de «pecado», en ningún sentido que no sea abusivo y comprometedor para el concepto cristiano de pecado. Donde no hay nada de liber tad personal, no hay nada de pecado. No hay base ninguna para calificar a un individuo humano de pecador ‘analógico’,con las fatí dicas consecuencias que tal hecho trae consigo. El punto de convergencia de la analogía sería, según explican muchos, en que ambos casos el pecador personal adulto y el ‘peca dor’ original, se encuentran privados de Gracia y en radical imposibili dad de salvación. El punto de divergencia estaría en que el adulto llegó libre y conscientemente a la situación de carencia de Gracia y recién nacido carece de ella sin concurso de su voluntad; ¿por qué ley, justicia o razón, preguntaríamos con el poeta? Esperamos que ningún teólogo actual diga que el nasciturus se ve privado de gracia como castigo por la culpa de Adán. Es un absurdo teológico pensar que una carencia de gracia, provocada por una voluntad ajena a la voluntad personal, pueda llamarse pecado. Se acude a decir que carece de una gracia «que debería tener». Pero ¿qué significa este ‘deber tener’ en el caso? Esperamos que no se le imponga ningún deber moral al nasci turus. Se apela entonces a esta teoría: por un decreto divino todo hom bre estaría recapitulado en Adán para desgracia y para gracia. Al pecar el protoparente, todo hombre, en contra de la voluntad de Dios, nace sin la Gracia que debería tener. De nuevo nos sale al paso la inevita ble y tozuda teología de Adán. Tal vez no sea necesario que nosotros nos distanciemos de ella por enésima vez, en forma tajante. Llamarlo analógico, no sé si será conveniente para salvar la teoría del PO; pero me parece que se hace a costa de sembrar oscuridad sobre otras doc trinas cristianas más importantes y seguras: la doctrina del pecado como acto al cual le es consustancial la libertad de la persona que lo perpe tra: «Todopecado de tal manera es voluntario que , si no es voluntario, no es en absoluto pecado». Frase agustiniana que ya hemos citado.
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