PS_NyG_1999v046n001p0007_0353

184 ALEJANDRO DE VILLALMONTE del PO con la doctrina de la Gracia han aparecido al hablar de la acción salvadora de Cristo y de la Gracia que obraba la santifica­ ción de María. Finalmente, la creencia en el PO ha influido de forma destaca­ da en el origen y mantenimiento de una moral y pastoral de talante hamartiocéntrico. Vale decir, primordialmente y profesionalmente más preocupada y ocupada en diagnosticar y curar pecados que en ofrecer a los creyentes los medios para intensificar la vida en Cristo. Fijada más en arrancar la cizaña que en sembrar y cultivar el buen grano. Los moralistas de los últimos decenios han reaccionado fren­ te a este tratamiento sesgado de la ética cristiana, en exceso vertida hacia lo negativo y corrupto del comportamiento humano. Una moral «quitapecados», que marcha en línea con la visión hamartio- céntrica de la misión de Cristo, anteriormente descrita. 5. LA ECLESIOLOGÍA Y LA SACRAMENTOLOGÍA CATÓLICA Y LA TEORÍA DEL PECADO ORIGINAL La relación entre la doctrina del PO y la eclesiología de san Agustín la señalábamos ya hace años: la afirmación del pecado origi­ nal es una conclusión a la que llegó mediante este razonamiento: fuera de la Iglesia no hay salvación y por ello el niño no bautizado se condena. Pero, como nadie se condena si no tiene pecado, luego los niños no bautizados tienen pecado. Y ¿qué otro pecado puede tener el recién nacido sino el pecado original, el que incurrió en Adán?105 La estrechez con la que Agustín —y la mayoría de los teó­ logos posteriores, durante siglos— habló de la necesidad de la Igle­ sia y de la voluntad salvadora de Dios, marcha en simbiosis con su teoría del PO. Ya lo hemos comentado respecto a la voluntad salva­ dora de Dios en la actual historia y economía de gracia. Dejando ambos temas en su propio tamaño y complicación, lo seguro es que 105 Remitimos al estudio documentado y, en mi opinión, concluyente de W. Sim o­ nis, Heilsnotwendigkeit der Kirche und Erbsünde bei Augustinus. Ein dogmengeschicht­ licher Beitrag zur Erklärung zweier Frage der gegenwärtigen theologischen Diskussion, enThPh 43 (1968) 481-501. Hicimos un comentario a estas ideas en A. d e V illa lm o n te , El pecado original, 308-319.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz