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126 ALEJANDRO DE V1LLALMONTE B) L a g ra cia o rig in a l fr u t o d e la so b r e a bu n d a n c ia DE LA ACCIÓN SALVADORA DE CRISTO Reiteradamente hemos señalado el hecho de que, cuando san Agustín, el Tridentino y muchos teólogos actuales afirman el PO en todo ser humano lo hacen bajo esta consigna: ¡no desvirtuar la Cruz de Cristo!; dejando aparte otros motivos menores y circunstanciales. Con ello se otorga su mejor nivel teológico a la discusión sobre el PO, al situarla en torno al misterio de Cristo para esclarecerlo. Y no en torno a la miseria humana cuya pesadumbre y misteriosidad no alivia, sino que contribuye a sobrecargarla. Pero, lo repetimos una vez más: para no desvirtuar la fuerza salvadora de la Cruz no es necesario recu­ rrir a la teoría del PO. Nos queda la alternativa de afirmar que todo hombre nace en Gracia original, bajo la temprana influencia de la Cruz de Cristo. La teología católica actual se encuentra respecto al tema del PO, en una situación similar y proporcionalmente análoga a la que se encontraba a finales del siglo x iii y comienzos del x iv . Surgió "por entonces la discusión sobre si la Madre del Señor habría o no habría contraído el PO. La férrea ley del pecado original = lex communiter conceptorum operaba como un muro de acero que impedía el avance de la ‘piadosa creencia’ exencionista. Pero, a lo largo de la discusión, se demostró que , más al fondo de esa motivación hamartiológica y dándole consistencia teológica, se encontraba este motivo: afirmar la inmunidad del PO en María implicaría un atentado contra la dignidad del Salvador y la universalidad de su acción redentora. Si María no tiene pecado, al menos el original, no necesitaría de Redentor. Sería un criatura que no necesita de la gracia de Cristo para ser grata a Dios. Así ven el problema teólogos de la altura de santo Tomás o san Bue­ naventura 69. A finales del siglo xiii y comienzos del xiv el beato J. D. Escoto reconoce que la máxima dificultad de los teológos para aceptar la 69 Se mantenía un viejo prejuicio y apriorismo de origen agustiniano: en la actual historia y economía de salvación, aquel que no ha incurrido en pecado, no puede ser beneficiario de la acción salvadora de Cristo. También Duns Escoto vio ahí, si no la única, sí la máxima dificultad contra su tesis inmaculista. La resolvió profundizando en el misterio de la acción salvadora de Cristo, en su dimensión ele- vante-deificante y de redención preventiva, de origen agustiniano. Modelo de exé- gesis dinámica y creadora, como veremos.

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