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108 ALEJANDRO DE VILLALMONTE Su conclusión se corrobora con un argumento estrictamente teo lógico. La justicia divina exige que no se castigue a nadie si no ha precedido una culpa. No impondría Dios el grave peso de tan gran miseria a los niños si éstos no fuesen culpables. Por fin, una razón también de teólogo, pero a nivel del concepto cristiano del hombre como imagen de Dios: la dignidad del hombre como imagen de Dios (= dignitas naturae conditaef) no tolera a su lado la afirmación de que Dios acumule tan gran miseria sobre los niños, si éstos no tuvie ran pecado. Y ¿qué otro pecado puede tener el niño, pregunta y res ponde con énfasis retórico y triunfal Agustín, sino el PO? Por tanto, la miseria de los niños demuestra la existencia del PO. C) U na r eflex ió n crítica se im po n e Pero ¿es verdad que la existencia de la miseria humana demues tra la existencia del PO, originante/originado? — Si en el razonamiento se parte de una experiencia sobre la miseria humana que sea realista, empírica, sin prejuicios idealistas, y se reflexiona sobre ella a la luz de la mera razón, es decir, como pura argumentación filosófica, racional no se demuestra el hecho de una caída originaria de que hablan los mitólogos y los filósofos anti guos y, en su tanto, algunos modernos. San Buenaventura, como he dicho, lo dijo con toda claridad. — Agustín estaba absolutamente seguro del valor demostrativo de su argumentación. Pero, es claro que no lograba el suficiente dis- tanciamiento crítico para darse cuenta: a) de que trabajaba con la hipó tesis de la primitiva felicidad paradisíaca del primer hombre; b) com partía con los mitos y filosofías platonizantes de su época la existencia del «antiguo pecado» que habría arruinado a la humanidad; c) compar tía la mentalidad tribal, primitiva, implicada en el mito de la pena y en la ley del talión, a cuyo impulso parece quiere que obre el mismo Dios. Quien, no sería ‘justo’, si no fuese castigador de la conducta del hombre y vindicador de su honor divino ofendido también por el niño, puesto que éste estaba incluido en su voluntad pecadora e incluso en sus razones seminales (in lumbis Adam). — A nivel más finamente teológico: la propuesta agustiniana que castiga a los niños/hombres con «tanta miseria» por motivo del PO (ori-
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